lunes, 5 de mayo de 2008

La ciudad del viento



Así es como llaman los lugareños a Tarifa (Cádiz), el pueblo más al sur de todo el continente europeo... el pueblo que se fusiona con África. Y es un nombre que realmente le pega.

Tarifa es la ciudad del viento, pero también es la ciudad de los contrastes: por un lado encontramos habitantes de larga tradición familiar en el pueblo y las típicas casitas blancas con patio andaluz, ubicadas en calles recónditas y estrechas. Por el otro una explosión de culturas de todos los rincones del mundo, desde la cercana África, hasta la lejana Australia. Éstos últimos son, en su mayoría, gente joven que además está formando su familia allí, dando resultado a una nueva generación de niños de todas las mezclas posibles, que comparten y aprenden todas las culturas de su alrededor, y que viven con lo más maravilloso de todas ellas.

Huelga decir que el ambiente que por todo ello se respira en el pueblo hace que te atrape toda su magia: es otro mundo, sobretodo para los que venimos de grandes ciudades.

Hemos pasado el puente allí, siendo para mí la tercera vez que visito Tarifa y para mi novio la primera (y ha quedado tan fascinado como yo). Es un lugar que atrapa y a mí me tiene enamorada, por suerte tengo una tía viviendo en el mismísimo casco antiguo y puedo ir a mezclarme con la paz tarifeña siempre que quiera.

Aunque ya fui estos días sabiendo que era muy posible que el tiempo no acompañase, me ha decepcionado un poco no poder tomar ni siquiera un poquito el sol: era una locura acercarse a la playa, a menos que quisieras que te llevase una tormenta de arena. Y tumbarme en la hamaca de la terracita de mi tía tampoco era plausible... ¡madre mía qué viento ha llegado a hacer!

Por suerte, ésta semana se estaba celebrando en el pueblo el 5º Festival de Cine Africano y hemos podido disfrutar de música y cine todos los días. Para los que no hayáis visto nunca cine independiente (o no) africano, os lo recomiendo muy ahicadamente: seguro os sorprenderá, es realmente bueno.

La mayoría de las horas de "panching" las he pasado leyendo como una posesa, y he podido disfrutar de lo lindo. También he comenzado a tejer una chaquetita para el bebé de mi prima, aunque ahora lo tengo estancado porqué no entiendo las instrucciones y voy a tener que ir a mendigar la ayuda de Jennifer o Miquel en All You Knit Is Love



Y bueno, algún que otro paseíto por la playa también cayó, aunque fueron en pueblos cercanos y las fotos que hice as tengo en la cámara analógica.

Y qué menos que decir, que si alguna vez visitáis Tarifa no dejéis de comer en el Restaurante Chilimosa, uno de los lugares donde mejor he comido en mi vida. Se encuentra nada más atravesar la Puerta de Jerez -foto- (que es el arco que da acceso al casco antiguo del pueblo), solamente debéis girar la primera calle a la derecha.



En el Chilimosa, casi todos los platos están elaborados con productos 100% veganos, muchos procedentes del huerto de la dueña ¡y todos están exquisitos! Además, con uno sólo que te comas te quedas más que lleno, lo que significa que puedes comer de puta madre con 3 o 4 euros, que es lo que valen. Como punto a favor, además, la comida te la hacen para llevar. Y el cocinero, Leo (gran amigo de mi tía) lo hace todo con muchísimo amor. En especial os recomiendo las bajees (albóndigas de cebolla y cilantro con salsa de chili y miel), pero repito que todo está delicioso.

Ay, han sido unos días increíbles, aunque ahora toca volver a la cruda realidad. Estos días tendré que emplearme a fondo para prepararme los exámenes para dentro de pocas semanas, así que no sé si podré bloggear mucho. Y lo que es peor: tendré mucho menos tiempo para tejer y leer, aunque espero poder poner una foto pronto del Link a punto de cruz, que casi he terminado de hacer la figura. Estoy triste.

Cuando pueda pondré una entrada con mis impresiones del capítulo 4x10 de Lost, que a causa de mis vacaciones, no he podido ver hasta hoy.

1 comentario:

  1. La verdad es que si que es otro mundo, han sido unos días fantásticos, el ambiente es buenísimo (¡Viva el tapeo! jeje) y el pueblo es muy bonito.

    Y joder...como están los bajees, realmente alucinantes, aunque si, en el Chilimosa, todo está genial! desde los nombrados Bajees, hasta la empanada de espinacas, la hamburguesa vegetal, el falafel, la samosa...todo!

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