¡Vivan los calcetines!

Hace poco más de un año que aprendí a hacer calcetines y, desde entonces, se han convertido en mi proyecto favorito para tejer. No es que lo haya meditado profundamente, pero hay muchos motivos por los cuales creo que tejer calcetines es lo mejor y más divertido (siempre opinión personal, claro):

1. Son suficientemente fáciles como para tejerlos sin comerte la cabeza y suficientemente difíciles como para no aburrirte.

2. Dentro de esta facilidad-dificultad cada uno se pone su propio límite y su reto: puedes hacerlos lisos y sin nada, con calados, con trenzas (mis favoritos), con dibujos o con un poco de cada. Todo depende de tu nivel y de las ganas que tengas de complicarte o no la vida.

3. Son un proyecto relativamente corto de hacer. Rápidos resultados = rápida satisfacción.

4. Para los que nos gusta tejer en todas partes es lo más cómodo y accesible porque son pequeños y ligeros, ideales para llevarlos en el bolso y sacaralos en el metro.

5. Son el regalo perfecto hecho a mano. No a todo el mundo le gusta llevar gorros, guantes o bufandas, los jerseys son muy largos y caros de confeccionar y a mucha gente le pica la lana. Pero todo el mundo usa calcetines y son muy gustosos de llevar. El color y el modelo ya dependen de la imaginación de la tejedora.

6. Son un proyecto barato: con 100 gramos ya tienes un par.

7. Esto ya es más personal, pero me encanta la lana de calcetines. Las hay de todos los colores y combinaciones posibles, aunque aquí en España apenas nos llega nada. Y yo ya he desistido de preguntar en las tiendas de lana de barrio de toda la vida, porque te miran con cara rara y te intentan encasquetar cualquier cosa, ¡qué rabia me da eso! De todas maneras, comprarla on-line es un vicio.

Lo peor de tejer calcetines es el denominado síndrome del segundo calcetín, algo que creo que a todos nos pasa siempre. Tejes un calcetín y lo admiras orgulloso, pero sin embargo la obra no está terminada porque te falta la otra mitad. Para evitarlo, la gente suele tejer dos calcetines a la vez con una aguja circular o bien los va haciendo a la par, por partes. Yo personalmente prefiero tejerlos de uno en uno y hacer un proyecto entre medias para no aburrirme.

En fin, no sé qué me ha pasado, pero desde hace cosa de pocas semanas que he sido atacada por una terrible calcetinitis aguda y siento la necesidad imperiosa de estar tejiendo calcetines todo el día. Ahora tengo otros compromisos y otros proyectos en marcha, pero he tenido que quitarme el mono de alguna manera (dios, estoy enferma) y no he podido evitar hacerme un par para mí. Ahora mismo tengo tanta adicción que ni siquiera he sufrido el síndrome:






Son unos calcetines todos lisos normales y corrientes, sin nada en especial. Están hechos con Schoppel-Wolle Admiral R. Druck, color 1975magic. La combinación de colores no me gusta demasiado, pero me recuerda a los frutos de esta época del año, que son los que más me gustan: calabazas, boniatos, caquis, castañas…

En mi familia tienen la molesta habilidad de convencerme para que teja calcetines para ellos o para que se los regale una vez están hechos, pero estos son míos, MÍOS, MÍOS!!!!!!!!!

No creo que tarde en embarcarme en el siguiente par, ya estoy pensando qué modelo voy a hacer y, como me aburro, voy a poneros las posibiidades. Quizás caigan estos Kai-Mei de un libro que llegó a mis manos hace poco, o los Marlene, de la misma diseñadora. O los Mojo, que al principio no me gustaban nada pero cuanto más los miro más gracia me hacen. Los Anastasia hace eones que quiero hacerlos para probar el maldito toe up, pero los Wonderland Socks también usan esta técnica y me gustan más. Y las Calaveras Danzantes son ideales para las fechas que se aproximan. Estos los he descubierto hoy me encantan, los Vampire Boyfriend, ¿tendrán algo que ver con una famosa saga de vampiros adolescentes de cuyo nombre no quiero acordarme? No sé, pero seguramente me quede con algo un poco más vikingo, porque este patrón de verdad que me trae loca, me encanta (en otro color, claro).

Se admiten sugerencias.