lunes, 3 de septiembre de 2012

¡La vida te da sorpresas!

Una de las primeras habilidades que adquiere una tejedora o tejedor que está aprendiendo pero que a la vez está totalmente enganchado al mundillo es el desarrollo de lo que yo denomino "el ojo biónico". Este ojo es como una especie de escáner a lo Terminator que, inevitablemente, analiza a velocidad pasmosa todas las prendas de punto con las que se cruza: tipo de punto, tipo de lana, hecho a mano o no, cómo está rematado, cómo puedo hacer yo algo así... toda esa información pasa rápidamente por nuestras cabecitas como una autopista del frikismo tejeril en la que estamos conduciendo sin control a 250 km/hora, y ni somos conscientes de que lo hacemos, sencillamente es algo natural e inevitable. Además este ojo tiene la increíble capacidad de detectar madejas de lana a un radio de distancia considerablemente grande desde el punto donde se encuentra. No me digáis que no lo tenéis. Todos lo tenemos.

Pues bien, todo esto viene a que la otra noche, hace unas semanas, iba yo dando un grato paseo nocturno (imposible con este calor salir antes de las 9 de la noche) cuando, de forma totalmente casual, mi mirada se postró sobre el aparador de la mercería del pueblo. La única mercería.

"¿Eso son madejas de lana?", exclamé, "¡no puede ser!". Mi ojo biónico de tejedora no me estaba engañando como tantas otras veces en las que se ha fijado en esos malditos foulards que venden en las tiendas y cuyos vendedores tiene la p*** manía de enroscar como si fueran madejas de lana de colores. Lo que había en el aparador era lana.

Entendedme, en esa mercería lo único que se vende son fajas de señora y bragas de fantasía. Con suerte algún que otro botón y poco más. Ver, de repente, unas madejas de lana ahí colocaditas, fue todo un flash. Pero no sólo lanas, no, también había ganchillos y agujas circulares de la marca Knit Pro.

Por supuesto al día siguiente, que fue el día de la locura de las moras, hice un alto en el camino antes de llegar a casa y me pasé a cotillear por la mercería. La dependienta flipó bastante con mi actitud de flipada con la situación. No tenían ni tendrán gran cosa, sólo 3 o 4 calidades de un marca de lanas italiana que hasta el momento no conocía, pero es agradable tenerlas tan cerca y, sobre todo, es de una gran felicidad para mí el saber que, a partir de ahora, no tendré que ir hasta Barcelona cuando se me rompa una aguja en un momento crítico (siempre es en un momento crítico) y tenga la urgencia de ir a comprar otra. Eso se terminó para mí.

Naturalmente no pude evitar llevarme alguna cosita a casa. Tenían una mezcla de lana, alpca y acrílico a bastante buen precio y con unos colores muy bonitos aunque yo, no sé por qué, opté por el tono natural. Olía a oveja y tenía tallos de brizna enredados en la hebra, ¡me encanta eso!


Luego llegó el clásico dilema del qué hago yo con esto. Puede que fuera una auténtica locura con el santo calor que hacía durante esos días, pero no se me ocurrió otra cosa que tejerme unos guantes calentitos para el invierno. Creo que fue por mis desesperados deseos preconscientes de que llegara ya de una vez el frío (¡jamás pensé que diría yo esto!), ya sabéis, como una especie de mantra tejeril.

El patrón elegido fue un diseño de una de mis diseñadoras favoritas, la finlandesa Mari Muinonen:


Me gustan, la verdad, me gustan en color natural, me recuerda a la nieve y me gusta esa trenza gordita del medio. Me quedaron un poco pequeños, eso sí, sería por las ganas que tenía de acabarlos pronto.


Ahora sólo me queda esperar a que llegue un buen invierno este año para poder estrenarlos. ¡Ojalá nevara!

Más info, aquí.

16 comentarios:

  1. La lana se ve muy bonita y los guantes son preciosos.

    Me ha gustado mucho tu post :-) En la mercería d emi pueblo ocurre algo parecido... y a veces me gustaría que trajesen alguna novedad para poder ver lanitas en vivo y en directo y no solamente online. Pero creo que no tendré esa suerte.

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  2. Cuántas veces he pensado yo lo mismo al ver los pañuelos enrollados en las tiendas, jajaja.

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  3. Vaya te quedaron espectacular, me alegro por ti que tengas a mano donde inr a comprar lanita...

    cariños

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  4. El ojo biónico!!!! Me ha encantado!!
    Por fin le has puesto nombre a algo que sé que tengo, y que estaba casi segura de que las demás también lo tenían!
    Me ha chiflado tu post!
    Los guantes, monísimos!

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  5. Jajaja, ja sabia jo que teniem poders. Molt xules les manoples.

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  6. M'has fet molt de riure amb el teu post... ja t'imaginava amb els ulls fent xirivites al veure un nou lloc on poder comprar!!! :)
    La llana es veu molt xula, i els guants els trobo preciosos!!!
    petons!

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  7. Ay, el radar! mi chico alucina con este sexto sentido, me pregunta si la lana huele a algo especial o qué.
    Las manoplas te han quedado chulísimas, por cierto :D

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  8. je je estic veient la cara de flipada de la dependenta...
    els guants molt macos!

    petonets

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  9. ¡Me encantan esos guantes!!! Y tienes razón: toda tejedora tiene un radar incorporado :-P

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  10. Nena, mai deixaràs de sorprendre'm amb la teva elecció de patrons. Molt ben triat, com sempre. ;)

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  11. jajaja - Totalmente identificada con tus palabras. Eres única narrando sensaciones/situaciones tejeriles. La lana se ve fantástica: en el ovillo y tejida. Besos.

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  12. Veus que bé?? Por cierto, que yo también he pegado alguna vez un salto al ver los jodíos fulares enrollados.

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  13. Eso me pasó a mi en mi pueblo de origen, en una mercería donde solo entraba para saludar a la dueña (mi madrina) y que resulta que de un tiempo a esta parte traen lanas... maravillosas sorpresas!!!
    Por cierto, tienes toda la razón en cuanto a lo del "ojo biónico"... juas!!!
    Ah! preciosos los guantes... :)

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  14. Me encanta leer tus posts porque son muy divertidos y ocurrentes.
    Las manoplas te han quedado preciosas y por cierto, si no estoy equivocada, pazzi significa locos en italiano... Algo muy apropiado cuando de adicciones y locuras lananoinómanas se refiere...

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  15. Joe, me he sentido totalmente identificada al leer tu post, es más, hace un rato he visto pasar a una señora con una chaquetilla de lana y estaba pensando en cómo podría hacerme yo algo así, jajajaja.
    Los guantes te han quedado preciosos, muy de invierno, con ese color.
    Un beso!

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