Hoy sí que os enseño lo primero que empecé a tejer para
el vikingo.
En realidad, primero compré la lana y luego tomé la
decisión de tejer esta chaqueta. Se trata de una Koigu KPPM que compré a mitad
de precio en Bruselas, tal y como os comenté aquí, cuando apenas hacía 4 días
que me había enterado de que estaba embarazada.
En un principio no quise tejer nada hasta haber pasado el
primer trimestre, pero de repente un día me apeteció empezar algo para el bebé.
La lana me pareció perfecta, totalmente colorida y unisex. El mismo día que
empecé a tejerla (¡la misma hora!) el costillo y yo nos pusimos por fin de
acuerdo con el nombre que le íbamos a poner si venía niño y esa noche soñé que
el bebé era un niño, que se llamaba como habíamos decidido y que llevaba la
chaqueta puesta.
Las dos primeras partes de la profecía se han cumplido,
es un machote y se llamará como ese día pensamos. La tercera, la de que se
ponía la chaqueta, ya veremos si se cumple. La verdad es que la veo muy
chiquita para un bebé de agosto (que encima viene grande, que Dios me coja
confesada), pero siempre está el comodín de “por si una noche salimos y
refresca”.
Poco más hay que decir de ella. Tardé en terminarla
aunque el patrón es sencillo pero hay que vigilar ya que tiende mucho a
enroscarse por sí mismo. Se arregla con el bloqueo, pero todos sabemos que no
es definitivo. Los botones son de mi alijo personal de las ferias Creativa y
los remates están hechos con los restos de los calcetines que tejí este año en
Swapetines.
Detalles, aquí.
¡Está muy, muy chula! Espero que se la puedas poner. :-)
ResponderEliminarEn directe la llana és molt més maca. Segur que li posaràs, ja veuràs.
ResponderEliminarMmmmmm... me recuerda a una que le tejí a Jorge... Cosa más linda!!!!
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