lunes, 5 de junio de 2017

McDreamy Cardigan

Tengo tantas cosas a decir de este proyecto, que no sé por dónde empezar. Por desgracia, casi todas son malas, ha sido un proyecto de esos que se enquistan, pero como yo soy cabezota he luchado contraél hasta el final. Y no sé si he ganado.

Bueno, lo primero es lo primero. Compré esta lana hace más de dos años, cuando estaba embarazada, para hacerle el jersey a mi vikingo. Me gustaba tal cual se veía el original, del mismo color, y ahora sé que ahí las hormonas me traicionaron, pues no suele ser un tono que use normalmente.

El tiempo pasó, los proyectos se solaparon y nunca le hice el jersey. De hecho, hay tallaje hasta los 3-4 años, pero con miedo a quedarme corta de material, decidí aparcar la lana para cuando llegara otro bebé a quien pudiera tejérselo. El bebé llegó (bueno, le queda muy poco!), nuevamente para otra antigua compañera de trabajo, y me puse manos a la obra.

Una de las pimeras cosas de las que te percatas con este proyecto si lees los comentarios de los cientos de personas que lo han tejido, es que el patrón está mal escrito, que hay cosas raras, cosas muy mejorables, que hay que prestar atención... en fin, malos augurios. Yo, por supuesto, tiré para adelante (problemas a mí!), pero cuando llegué a lo que yo sabía que era el momento crítico, lo aparqué una temporda, como para coger fuerzas. Craso error, estas cosas sólo consiguen que pierdas interés.

Cuando decidí coger el toro por los cuernos, caí en el abismo. Me equivoqué varias veces, tuve que deshacer y salvé como pude algunos errores del patrón. Me pareció tardar la vida entera en acabarlo y, cuando lo hice, me di cuenta de algunos errores como que una manga es más corta o que tenía muchos menos puntos en el canalé del cuello de los que debía (y nunca supe cómo "encontrar" los perdidos). No me gusta cómo queda la solapa, los puntos recogidos del cuello quedan raros (nota para el futuro: no hacer las disminuciones del delantero del cuello) y bueno, mil cosas más.

Pero lo hecho a mano es así, tiene errores, y bastante me había costado acabarlo como para deshecharlo por cosas que, al fin y al cabo, no tenian mucha importancia.

Hasta que llegó el momento de bloquear y aconteció LA TRAGEDIA. Dejé el jersey en el balcón a la sombra y secó muy rápido con los vientos del Pirineo, donde estábamos, pero cuando lo fui a recoger vi algo raro. No era la primera vez que me pasaba y se supone que ya tomo medidas contra ello, pero sucedió: EL JERSEY SE HABÍA DESTEÑIDO POR LA PARTE DE DELANTE.

Hiperventilé, comparé mil veces los cambios de color: era evidente. La zona que había estado cara al sol (o a la sombra, juro que lo dejé a la sombra!!), había perdido color.

Lo volví a la lavar por si acaso habia sido una tormenta de arena que lo había manchado (claro que sí, guapi ¬¬), y cuando vi que realmente era desteñido y no había vuelta atrás, me dije: si Mahoma no va a la montaña... Y lo lavé nuevamente y lo dejé secar al sol por la otra cara, para ver si también perdía color y se volví a ver uniforme.

Locuras de desesperación.

Nunca volvió a quedar del mismo tono, pero se igualó bastante. La verdad, después del segundo lavado se notaba mucho menos, quizás con un tercero se habría solucionado, pero ya estaba hastiada.

Y esto es lo que hay:




Aún con todo, y aunque no lo parezca, el jersey está hecho con mucho cariño porque aprecio mucho a la persona que lo va a recibir. De hecho, si no la apreciara tanto, me habría rendido a la primera de cambio. Espero que, a pesar de los pesares, lo pueda disfrutar.

Detalles, aquí.

(bonus track positivo: rebajé 3 ovillos de stash!!)

3 comentarios:

  1. Tu sabes que a tu compañera de trabajo le va a parecer precioso y perfecto y nunca, nunca, (a no ser que lea esto) va a verle ni uno de esos defectos que enumeras, verdad?

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  2. Lo de desteñirse es la repera... la verdad...
    Pero es verdad lo que dice glaram... todos esos fallos ellos no los perciben... ;)

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  3. En las fotos no se aprecia el desteñido así que un ojo no entrenado creo que tampoco encontrará esos defectos que te has ido encontrando. ¡Nos calentamos mucho más la cabeza cuando tejemos algo para regalar que para nosotras mismas!

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