Handspun gloves

Estos guantes han sido otro regalito de cumpleaños, el último de la temporada (espero).


Se los he tejido a mi novio. El mozo no es que sea friolero precisamente, pero alguna vez nos hemos encontrado conduciendo por alguna carretera, a temperaturas bajo cero, y al pobrecito se le congelaban las manos literalmente. Ante la imposibilidad de poner la calefacción (ya que se empañaban los cristales) siempre hemos tenido que acabar parando unas cuantas veces para tomarnos algo caliente antes de proseguir nuestro viaje. Claro, esta desesperada situación requería unos guantes tejidos a mano con extrema urgencia.


Hace algún tiempo os enseñaba esta madeja que hilé durante el verano y a la que bauticé con un nombre otoñal ya que sus colores me recordaban a esta estación. Pues bien, en cuanto la vi terminada supe que tenía que hacer con ella los guantes para conducir y creo que ha sido una decisión acertada.






Evidentemente era una sorpresa de cumpleaños peeeeeeeero después de muchas dudas y de pedirle a muchos amigos y parientes que se los probaran por si estaban quedando grandes, al final se los enseñé a medio hacer para ver cómo le iban. Da rabia que no sea sorpresa, pero más rabia da tejer algo y que luego la medida no sea la correcta, ¡más aún si la lana la has hilado tú misma!

En fin, suerte que se los hice probar, porque he tenido que hacer bastantes modificaciones, pero al final le van, valga la redundancia, como un guante (ja-ja).


Todavía ha sobrado bastante lana, con ella quiero hacerme unos iguales de mi talla para conducir yo, que sí que soy friolera de verdad, la pregunta es, con la de cosas que llevo entre manos, si me los podré poner este invierno.

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