lunes, 25 de julio de 2016

Intrincándome la vida

Ya sé que soy muy cansina y últimamente sólo digo lo mismo: no tengo tiempo para tejer, blablabla, sólo puedo hacer cosas fáciles, blablabla, no me acabo la lista de proyectos a medias, blablabla.

Y así podría andarme llorando el día entero.

Pero es que es verdad. Lo que pasa es que después de terminar el segundo de tres pares de calcetines lisos (pendiente de mostrarlo), pues una ya tiene ganas de hacer algo un poco diferente, por mucho que le gusten los calcetines lisos. Y claro, yo estoy limitada, pero el resto del mundo no, y me paseo por los perfiles de Ravelry y los Instargam de la gente y me pongo verde de envidia de las cosas tan bonitas que veo.

¡Pues yo también quiero hacer algo un poco más vistoso!

Total, que tenía la excusa (aunque no me hacía falta), la lana, el patrón y una segunda excusa con más peso.

Resulta que, como madre babosa que soy, me hace ilusión tejerme un jersey (o chaqueta, en este caso), a juego con mi hijo. De hecho hacía tiempo que andaba enamorada de estos dos patrones. Es más, para la versión adulta tengo la lana comprada desde mi viaje a Londres hace 3 verano (ehem). Y además se da el caso de que la versión de bebé sólo tiene una talla, 12-18 meses, así que tenía que ponerme al lío sí o sí. Y decidí empezar por la que le iba a hacer al vikingo.

La chaqueta en cuestión se llama "A Cardigan for Merry", y es la versión pequeña de "A Cardigan for Arwen". Me apetecía mucho tejer trenzas, así que era ideal. Pero una vez empezada, a la chaqueta le veo varios problemas:



- El borde tiende a doblarse. No sé cómo se llama este tipo de acabado, es cuando la parte del puño, digamos, la haces doble. Yo lo uso para los gorros, queda elástico y ajustado. En fin, otra vez toca encomendarse a San Bloqueo.
- La parte de la trenza, al estar los puntos más apretados, se ve visiblemente más corta que la parte lisa. Mira que he hecho cosas con trenzas, pero nunca me había pasado algo así.
- La dichosa trenza es reversible.

Y aquí me detengo. Resulta que la trenza está diseñada de manera que se vea exactamente igual del derecho y del revés. Eso queda muy vistoso y curioso, pero al fin y al cabo sólo se luce cuando giras la prenda. Para lograr ese resultado, es necesario cruzar los puntos que se tejen del revés, lo cual hace el patrón mucho más difícil de memorizar. Finalmente, se me metió entre ceja y ceja, que quedaba raruno y poco definido. Quizás a otras personas les da igual, pero yo no podía dejar de ver que esa trenza parecía rara.

Así es que decidí no complicarme más la vida y continuar haciendo la trenza normal y corriente, es decir, sin que fuera reversible.

Aquí podéis ver en detalle la diferencia:



Y aquí, con el tejido del revés, se ve claramente el momento en que estuve hasta las narices y decidí seguir a mi aire:



Desde que la trenza ya no es reversible, el patrón se ha vuelto muy fácil e intuitivo, ¡y yo que tenía ganas de dejarme un poco las pestañas!

De momento vamos a ver cómo avanza. Voy a tener que ajustar medidas, pues la lana que estoy usando es casi el doble de la recomendada. Veo muy difícil que madre e hijo podamos lucir la misma chaqueta este otoño-invierno pero quién sabe, he terminado proyectos con peores expectativas.

3 comentarios:

  1. Curiosas esas trenzas reversibles... pero nada útiles para un rebeca!! Haces bien cambiándolas a la "manera tradicional". La lana que estás usando me parece espectacular... y la idea de vestir como tu vikingo me flipa!!! Esta la terminarás prontito y como ya te sabrás el patrón, la tuya tb irá mucho más rápida!!!

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  2. seguro que ahora va más rápido!!!

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  3. A ver si lo que encogía la trenza era el hacer ese punto raro del revés para que quedase reversible. Como nunca las he hecho (ni siquiera sabía que se podía hacer eso) no sabría decirte, pero así parece por la foto. Siempre he visto a las madres japonesas en Ravelry vestidas a juego con sus niñas y me parecían todas monísimas. ¡Verás como sí que puedes!

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