Esa manta de ganchillo la empecé, muy flipada yo, las navidades pasadas con la intención de acabarla en ese par de semanas y que mi vikingo se la llevara al cole los días que se quedaba a dormir.
Me advirtieron, por supuesto, que sería demasiado grande y pesada como para ser práctica. Y efectivamente.
Esa manta de ganchillo la terminé, finalmente, a principios de octubre, aunque os la enseño ahora porque me ha costado lo mio decidirme a lavarla y fotografirala.
Por supuesto que no la he llevado al cole, era demasiado, aunque me hubiese encantado y a mi hijo también, porque le flipa la manta y sus colorinchis, está muy emocionado.
Al final resulta que, esa manta de ganchillo, tiene el tamaño perfecto para hacer las veces de colcha de su "cama de mayor" (aunque sólo duerme en ella un ratito cada noche). Sin comerlo ni beberlo, lo que empezó con un objetivo, ha acabado con otro. Y yo creo que queda bien (aunque, por supuesto, tenga mil fallos).
Detalles, aquí.
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lunes, 22 de enero de 2018
lunes, 8 de enero de 2018
Jersey muy navideño
Porque para el jersey de Navidad de mi hijo de este año, he elegido los colores más super navideños que había disponible. ¿La razon? Ni idea, sencillamente pensé: necesito dos colores para algo navideño, ok, rojo y blanco. Mi neurona no da para más.
Y como siempre me pasa, empiezo "sobrada" de tiempo y al final me toca correr. Es un clásico en mí, no voy a cambiar nunca :)
El resultado final no me disgusta del todo. Los colores, como decía, los veía muy cantones cuando lo estaba tejiendo, pero una vez puesto le quedan mejor de lo que esperaba. Para el año que viene, quizás algo más natural.
La capucha le va grande, es evidente. Me pasé 4-5 vueltas y me dio pereza deshacer...y eso que luego no tenía que volver a hacerlo, qué perra soy. Pensé; ya que he hecho el esfuerzo de tejerlo, ahora no lo voy a destejer. Y ese es el nivel.
A mi hijo le encanta, se lo quiere poner todos los días. Venga va, le perdono que no quiera ponerseel gorro del pescado porque"le pica" (y están hechos con el mismo material, ojo).
Detalles, aquí.
miércoles, 27 de septiembre de 2017
Pescadeision
Lo que me cuesta pasarme por aquí... la penita que me daría dejarlo. En fin.
Este año, por suerte para muchos de nosotros, parece que el verano no se ha alargado como un interminable lastre. Que sí, que los días tienen sus más y sus menos, algunos con más calor que otros, pero nada que ver con temporadas anteriores.
No sé si os ha pasado a vosotras, tejedoras, pero a mí con los primeros fríos ya me ha entrado el síndrome de winteriscoming y he tenido que ponerme como una loca con los quehaceres tejeriles de este invierno.
Y es que mi vikingo no tiene gorro para esta temporada. Este será su tercer invierno y su tercer gorro.
Con pocos meses llevó este, aunque era un poco corto y no lo usó demasiado.
El año pasado le dimos muchísima caña a éste, que a parte de bonito era súper calentito y práctico porque lo ataba con las cuerdas bajo el cuello y así no se caía e iba con las orejas bien protegidas (nota: lo hice talla 3 meses y se lo pudo poner con 15, y eso que es cabezón).
Y este año, va a ir por la vida con esto:
Hace años que deseo tejer esta frikada y ahora, con un peque fascinado por los peces y que de momento no se queja mucho, he encontrado la víctima ideal que lleve mi creación. ¿Soy una mala madre? ¿Dónde acaba lo friki y empieza lo ridículo? La verdad, es que me encanta, es divertidísimo y creo que tiene una buena edad para llevarlo y resultar gracioso.
Para tjerlo he usado cada centímetro de dos madejas de DROPS Merino Extra Fine y agujas del 3.00. Teniendo en cuenta que es una lana grosor DK, ha quedado el punto apretadito pero bien, abrigado, que es lo que cuenta. Con esto y acortando un poco las distancias entre disminuciones de la cola, he conseguido adaptar la talla para un niño de 2 años (el original es para niño-adulto, talla única, lana tipo worsted y agujas del 4.5). Los ojos son dos circulos de fieltro cosidos y la pupila hilo mouliné.
La verdad es que estoy contenta con el resultado, pero no sé si se lo voy a poner mucho, no lo veo práctico, pero esto sólo el tiempo lo dirá.
Ahora toca ponerme a tope con el jersey navideño!
Detalles, aquí.
Este año, por suerte para muchos de nosotros, parece que el verano no se ha alargado como un interminable lastre. Que sí, que los días tienen sus más y sus menos, algunos con más calor que otros, pero nada que ver con temporadas anteriores.
No sé si os ha pasado a vosotras, tejedoras, pero a mí con los primeros fríos ya me ha entrado el síndrome de winteriscoming y he tenido que ponerme como una loca con los quehaceres tejeriles de este invierno.
Y es que mi vikingo no tiene gorro para esta temporada. Este será su tercer invierno y su tercer gorro.
Con pocos meses llevó este, aunque era un poco corto y no lo usó demasiado.
El año pasado le dimos muchísima caña a éste, que a parte de bonito era súper calentito y práctico porque lo ataba con las cuerdas bajo el cuello y así no se caía e iba con las orejas bien protegidas (nota: lo hice talla 3 meses y se lo pudo poner con 15, y eso que es cabezón).
Y este año, va a ir por la vida con esto:
Hace años que deseo tejer esta frikada y ahora, con un peque fascinado por los peces y que de momento no se queja mucho, he encontrado la víctima ideal que lleve mi creación. ¿Soy una mala madre? ¿Dónde acaba lo friki y empieza lo ridículo? La verdad, es que me encanta, es divertidísimo y creo que tiene una buena edad para llevarlo y resultar gracioso.
Para tjerlo he usado cada centímetro de dos madejas de DROPS Merino Extra Fine y agujas del 3.00. Teniendo en cuenta que es una lana grosor DK, ha quedado el punto apretadito pero bien, abrigado, que es lo que cuenta. Con esto y acortando un poco las distancias entre disminuciones de la cola, he conseguido adaptar la talla para un niño de 2 años (el original es para niño-adulto, talla única, lana tipo worsted y agujas del 4.5). Los ojos son dos circulos de fieltro cosidos y la pupila hilo mouliné.
La verdad es que estoy contenta con el resultado, pero no sé si se lo voy a poner mucho, no lo veo práctico, pero esto sólo el tiempo lo dirá.
¿cuándo se ha hecho tan mayor? |
Ahora toca ponerme a tope con el jersey navideño!
Detalles, aquí.
lunes, 27 de febrero de 2017
Mi habitación de labores
Me ha llevado casi dos años preparar este post. Casi dos años, que son los que llevo viviendo donde vivo ahora y, por tanto, casi dos años desde que tengo una habitación de labores propia. Si os preguntáis por qué no lo he hecho antes, es sencillo: nunca ha estado a mi gusto. Tampoc ahora. Cambiaría muchas cosas, quitaría otras y, si pudiera, reemplazaría algunos muebles.
Las paredes lucen vacías. Falta una zona por pintar, por una reparación. Tengo que acabar de reorganizar las agujas, pues algunas aún no están en su sitio. Debería poner cojines. La lámpara del techo es tan cutre que ni os la voy a enseñar.
Faltan muchas cosas y por eso nunca me he decidido a enseñarla. Pero espero que podamos mudarnos de nuevo este año y muy probablemente voy a perder este espacio o, por lo menos, va a cambiar. Así que os lo muestro ahora, tal como está: inacabada.
Cuando vinimos a vivir aquí y vi que tenía la posibilidad de tener una habitación propia, tuve que elegir entre luminosidad o espacio, y elegí lo segundo. No sé si fue una buena elección o no, con el tiempo he aprendido que no hace falta tener tantas cosas. De hecho, en realidad, apenas uso mi habitación de labores, aunque estoy intentando cambiar eso. Sea como sea, la falta de luz es el motivo por el que las fotos se ven un poco mal.
El segundo motivo por el que las fotos se ven mal es que esta, mi habitación, es el paraíso de los juegos del vikingo (ya veréis por qué), y mientras intentaba tomar las imágenes lo tenía revoloteando a mi alrededor, destruyendo todo a su paso. Por eso mismo no hay fotos detalladas de rincones concretos. Hago lo que puedo.
Y ya no me enrollo más, comienzo con una vista general del cuarto, aunque algunas cosas no pueden verse aquí.
Como veis, es un espacio bastante grande. Los muebles oscuros vienen reciclados del antiguo piso. Los blancos son nuevos, y son de este color porque Ikea ya no fabrica del color anterior y porque me gustan más. Si algún día tengo tiempo, pintaré los oscuros.
En la pared al lado de la mesa tengo este par de baldas que uso para tener las agujas. Arriba están los ganchillos (cubo lila) y las agujas rectas. Esto está así puramente para decorar, puesto que las agujas rectas no las uso.
Debajo tengo un calibrador de agujas y tarros de yogur de vidrio para las agujas circulares y de doble punta. Están numeradas, pero tengo pendiente poner la numeración americana también. Me faltan tamaños por colocar porque en esta casa no consumimos apenas yogres en tarro de vidrio. Los tamaños mayores están guardados en el cajón de la mesa así, a lo loco.
En la estantería de la derecha es donde van todos los libros y la mayoría de mis accesorios de tejedora. Arriba del todo están todos los libros para tejer jerseis y, también, cuadernos en blanco que fui adquiriendo durante una temporada (me encantan y me encanta escribir, tuve que parar de comprarlos porque se me acumulaban y son un vicio).
Debajo están los libros de calcetines y un par de cajas con botones.
Esta es la zona inferior de la misma estantería de la foto del todo. De arriba a abajo:
- Libros de accesorios y ropa de bebé, una tetera (ahora decorativa solamente), una lata con agujas para bloquear y una cajita con marcadores.
- Libros de técnicas de tejido y una cesta con beads (o las perlitas esas que ponemos a veces en los tejidos)
- Libros no relacionados con el tejido o que no contienen técnicas ni patrones, y una cesta con los accesorios de la rueca.
- Debajo de todo tengo clasificadas todas mis revistas por temáticas, idiomas, marcas etc.
Mi querido/odiado armario de las lanas donde lo guardo todo por grosor. Debajo de todo, están las fibras para hilar.
No quiero hablar mucho de mi armario, lo quiero fuera de mi vida. Quiero fuera de mi vida todas esas lanas varadas en los mismos estantes desde hace demasiados años. Las quiero fuera de ahí, las quiero llevar puestas en forma de COSAS. Me cansa ver siempre lo mismo. Quiero un precioso cajón lleno de preciosas lanas de calcetines . Y dentro no quiero ver más lana en ningún sitio más.
Nota mental: toca ya hacer la limpieza/orden anual del armario de lanas
En esta foto se aprecia la zona que os acabo de enseñar un poco más de cerca. Arriba de la estantería de los libros y del armario de las lanas están todas las cajas que uso para guardar menaje variado: restos de lanas, telas, material para teñir y otras mierdas que no tienen cabida en otro sitio.
Las paredes lucen vacías. Falta una zona por pintar, por una reparación. Tengo que acabar de reorganizar las agujas, pues algunas aún no están en su sitio. Debería poner cojines. La lámpara del techo es tan cutre que ni os la voy a enseñar.
Faltan muchas cosas y por eso nunca me he decidido a enseñarla. Pero espero que podamos mudarnos de nuevo este año y muy probablemente voy a perder este espacio o, por lo menos, va a cambiar. Así que os lo muestro ahora, tal como está: inacabada.
Cuando vinimos a vivir aquí y vi que tenía la posibilidad de tener una habitación propia, tuve que elegir entre luminosidad o espacio, y elegí lo segundo. No sé si fue una buena elección o no, con el tiempo he aprendido que no hace falta tener tantas cosas. De hecho, en realidad, apenas uso mi habitación de labores, aunque estoy intentando cambiar eso. Sea como sea, la falta de luz es el motivo por el que las fotos se ven un poco mal.
El segundo motivo por el que las fotos se ven mal es que esta, mi habitación, es el paraíso de los juegos del vikingo (ya veréis por qué), y mientras intentaba tomar las imágenes lo tenía revoloteando a mi alrededor, destruyendo todo a su paso. Por eso mismo no hay fotos detalladas de rincones concretos. Hago lo que puedo.
Y ya no me enrollo más, comienzo con una vista general del cuarto, aunque algunas cosas no pueden verse aquí.
Aunque hay una ventana, ésta da a otra estancia de la casa y no al exterior. Esto es debido a que los dueños cerraron parte de la terraza para hacer una galería muy grande. Es el único sitio por el que entra algo de luz natural.
Por cierto, super necesaria la escalerilla blanca para llegar a todos lados, los hobbits como yo también tenemos derecho a usar las zonas altas.
Justo detrás de la puerta tengo una pizarra con unos ganchos los cuales, como veis, uso para tener ordenados por tamaños los cables de las agujas intercambiables (debería poner una etiqueta con las medidas). Debajo cuelgan bloqueadores de calcetines de dos tallas.
La pizarra la uso para anotar cosas de tejido que me urgen, pero quien más la utiliza es el vikingo: le encanta que le aúpe para coger las tizas y escribirme "notas de amor".
Esta mesa de trabajo me encanta. El lado más cercano a la cámara lo uso para escribir, tengo una silla de despacho donde reposa una enorme bolsa de labores con el resto de bolsas dentro (no hay foto). Tengo bien organizados, rotuladoress, bolígrafos y otros utensilios de escritura en los portalápices encima de la mesa y en los tres cajones guardo otros instrumentos de papelería y manualidades (sellos, troqueladoras, washi-tapes...). En la parte derecha antes tenía el drum-carder, pero como ya no lo uso, puse ahí la ovilladora. Se despejó el espacio y me va bien tenerla allí.
En la zona del fondo de la mesa tengo la máquina de coser, la tabla para cortar telas y una silla más sencilla para cuando hago cosas de costura. Los cajones en ese lado guardan dedales, agujas, alfileres, tijeras y cosas así.
Al fondo podéis intuir un costurero vintage que me regalaron y me encanta, con todos mis hilos. La rueca también está en esa zona, muerta de risa, por cierto. Va allí porque no me cabe en otro sitio, el día que la use la tendré que mover. Más adelante hay detalles de este lado del cuarto.
Debajo tengo un calibrador de agujas y tarros de yogur de vidrio para las agujas circulares y de doble punta. Están numeradas, pero tengo pendiente poner la numeración americana también. Me faltan tamaños por colocar porque en esta casa no consumimos apenas yogres en tarro de vidrio. Los tamaños mayores están guardados en el cajón de la mesa así, a lo loco.
Debajo están los libros de calcetines y un par de cajas con botones.
- Libros de accesorios y ropa de bebé, una tetera (ahora decorativa solamente), una lata con agujas para bloquear y una cajita con marcadores.
- Libros de técnicas de tejido y una cesta con beads (o las perlitas esas que ponemos a veces en los tejidos)
- Libros no relacionados con el tejido o que no contienen técnicas ni patrones, y una cesta con los accesorios de la rueca.
- Debajo de todo tengo clasificadas todas mis revistas por temáticas, idiomas, marcas etc.
Mi querido/odiado armario de las lanas donde lo guardo todo por grosor. Debajo de todo, están las fibras para hilar.
No quiero hablar mucho de mi armario, lo quiero fuera de mi vida. Quiero fuera de mi vida todas esas lanas varadas en los mismos estantes desde hace demasiados años. Las quiero fuera de ahí, las quiero llevar puestas en forma de COSAS. Me cansa ver siempre lo mismo. Quiero un precioso cajón lleno de preciosas lanas de calcetines . Y dentro no quiero ver más lana en ningún sitio más.
Nota mental: toca ya hacer la limpieza/orden anual del armario de lanas
Y esta es la zona para tejer, propiamente, que queda a mano derecha entrando a la habitación y que no puede verse en la primera foto.
En la cajonera tan grande guardo todas las piezas que tengo tejidas a mano: guantes y gorros arriba, jerseys, chales/bufandas y calcetines, en ese orden. En el último de todos están las piezas que necesitan arreglos y los paneles de bloqueo.
Arriba hay una cesta con las prendas pendientes de bloqueo y lavado, así como una caja y una cesta donde hay hilos de bordar y punto de cruz.
La butaca es, en realidad, una mecedora. Para tejer solamente la he usado una vez, ahora al peque le encanta usarla para sentarse a mirar cuentos.
Al lado de la mecedora tengo una cesta con proyectos en marcha, pero solamente los que no estoy tejiendo actualmente, porque esos los tengo en el comedor.
Por último, en el huequecín que hay entre la cómoda y la pared, están las blocking wires y los papeles de regalo.
Y eso es todo, de momento, mucho por desear. No sé cuánto tiempo me queda con él, pero mientras tanto tengo que disfritarlo más de lo que lo he hecho hasta ahora.
No me despido sin antes dejaros un vídeo de lo que estaba ocurriendo a mi alrededor mientras intentaba hacer fotos.
Behind the scenes:
lunes, 9 de enero de 2017
Anders, jersey de Navidad
Hace unas semanas, en esta entrada, os comentaba el jersey navideño que estaba tejiendo para que el vikingo estrenara en Nochebuena. Os decía, y me mantengo en ello, que me estaba encantando hacerlo, que lo estaba disfrutando y me estaba gustando el resultado. Además, logré terminarlo antes de lo previsto, con lo cual pudo lucirlo el día señalado.
Estaba guapísimo porque le hace juego con sus ojos, mal me está que yo lo diga, y además le quedaba un poco grande, lo cual me hace albergar esperanzas que todavía quizás el año que viene se lo podrá poner, ya que en esta edad no crecen tan deprisa.
Hasta aquí todo bien, pero hay un pero. Siempre hay un pero.
Resulta que cuando lavé la prenda, la lana azul (Madelinetosh Sock en color Cobalt) perdió bastante residuo de tinte y ello hizo que se tiñera la lana en color crudo, quedando ésta en un tono azul muy clarito. Una buena p*tada.
Esto no es la primera vez que me pasa. Hace años, con esta manta también azul y cruda, me pasó. Por aquél entonces supuse que fue porque la lavé con agua caliente y, desde entonces, procuro mucho lavar con agua tibia tirando a fría, para que no me pase más. Pero ha vuelto a pasar, y esta vez ha sido porque la Madelinetosh está teñida a mano, tiene un color muy potente y no estaba bien fijado, cosa que suele pasar. Hace tiempo oí que hay gente que lava las madejas artesanales antes de tejerlas y ahora sé por qué. Yo no lo haría para prendas del mismo color, pero os aseguro que he aprendido la lección y, la próxima vez que trabaje en varios colores con lana teñida a mano, pienso lavar las madejas. Y no una, sino dos o tres veces, ya que la segunda vez que lavé el jersey volvió a suceder lo mismo.
En fin, cosas que pasan. No queda mal pero no es lo que yo quería, el jersey me encantaba y me da bastante rabia, pero de nada me sirve ya amargarme porque no se puede arreglar. De todo se aprende.
Fue misión imposible hacer fotos decentes donde el jersey se viera bien, pero os hacéis una idea.
Cuando le pongo el jersey, lleva los botones delante, pero también podría llevarlos detrás y quedaría igualmente genial.
Ya estoy pensando en la prenda de las próximas navidades, que al paso que voy más me vale empezar en un par de meses.
Detalles aquí.
Estaba guapísimo porque le hace juego con sus ojos, mal me está que yo lo diga, y además le quedaba un poco grande, lo cual me hace albergar esperanzas que todavía quizás el año que viene se lo podrá poner, ya que en esta edad no crecen tan deprisa.
Hasta aquí todo bien, pero hay un pero. Siempre hay un pero.
Resulta que cuando lavé la prenda, la lana azul (Madelinetosh Sock en color Cobalt) perdió bastante residuo de tinte y ello hizo que se tiñera la lana en color crudo, quedando ésta en un tono azul muy clarito. Una buena p*tada.
Esto no es la primera vez que me pasa. Hace años, con esta manta también azul y cruda, me pasó. Por aquél entonces supuse que fue porque la lavé con agua caliente y, desde entonces, procuro mucho lavar con agua tibia tirando a fría, para que no me pase más. Pero ha vuelto a pasar, y esta vez ha sido porque la Madelinetosh está teñida a mano, tiene un color muy potente y no estaba bien fijado, cosa que suele pasar. Hace tiempo oí que hay gente que lava las madejas artesanales antes de tejerlas y ahora sé por qué. Yo no lo haría para prendas del mismo color, pero os aseguro que he aprendido la lección y, la próxima vez que trabaje en varios colores con lana teñida a mano, pienso lavar las madejas. Y no una, sino dos o tres veces, ya que la segunda vez que lavé el jersey volvió a suceder lo mismo.
En fin, cosas que pasan. No queda mal pero no es lo que yo quería, el jersey me encantaba y me da bastante rabia, pero de nada me sirve ya amargarme porque no se puede arreglar. De todo se aprende.
Fue misión imposible hacer fotos decentes donde el jersey se viera bien, pero os hacéis una idea.
Cuando le pongo el jersey, lleva los botones delante, pero también podría llevarlos detrás y quedaría igualmente genial.
Ya estoy pensando en la prenda de las próximas navidades, que al paso que voy más me vale empezar en un par de meses.
Detalles aquí.
lunes, 19 de diciembre de 2016
Estrellas y copitos
En la escuelita del vikingo las maestras de los peques nos pidieron a las familias que trajéramos cosas para decorar las aulas con motivos navideños y lo cierto es que muchas mamás (sí, mamás, para qué engañarnos) trajeron auténticas virguerias hechas a mano.
Por mi parte, esta fue mi humilde aportación:
En total, con un ovillo de Drops Cotton Viscose, me salieron 6 estrellas y 6 copos aprovechables, más unos cuantos que eliminé porque fueron pruebas fallidas de "bloqueo permanente".
Y es que decidí que quería endurecer el tejido para que mantuvieran la forma durante más tiempo y, entre prueba y prueba, algunas estrellas se quedaron por el camino. Primero probé el método de la cola blanca, pues leí que era mucho más duradero. Las piezas quedaron bien tiesas pero al secarse echaban un tufo que tiraba para atrás. Tufo a cola blanca, obvio, pero poco adecuado para una clase llena de bebés. Esas fueron irrecuperables.
Luego probé a hormar con maizena y la cosa mejoró mucho, aunque tiene la pega de que tarda bastante más en secarse. Me quedo con este método porque es mucho más natural y, además, más adecuado para una clase de bebés, ya que si se lo llevaran a la boca, al fin y al cabo, estarían comiendo agua y almidón de maíz.
En todos los casos el tejido se quedó áspero y seco (supongo que es normal) y perdieron el brillo original de la viscosa que llevaba el ovillo.
Ah, y a la mezcla añadí un poco de purpurina para dar un toque más navideño. Si las recupero, el año que viene adornarán el árbol.
Detalles aquí.
Por mi parte, esta fue mi humilde aportación:
En total, con un ovillo de Drops Cotton Viscose, me salieron 6 estrellas y 6 copos aprovechables, más unos cuantos que eliminé porque fueron pruebas fallidas de "bloqueo permanente".
Y es que decidí que quería endurecer el tejido para que mantuvieran la forma durante más tiempo y, entre prueba y prueba, algunas estrellas se quedaron por el camino. Primero probé el método de la cola blanca, pues leí que era mucho más duradero. Las piezas quedaron bien tiesas pero al secarse echaban un tufo que tiraba para atrás. Tufo a cola blanca, obvio, pero poco adecuado para una clase llena de bebés. Esas fueron irrecuperables.
Luego probé a hormar con maizena y la cosa mejoró mucho, aunque tiene la pega de que tarda bastante más en secarse. Me quedo con este método porque es mucho más natural y, además, más adecuado para una clase de bebés, ya que si se lo llevaran a la boca, al fin y al cabo, estarían comiendo agua y almidón de maíz.
En todos los casos el tejido se quedó áspero y seco (supongo que es normal) y perdieron el brillo original de la viscosa que llevaba el ovillo.
Ah, y a la mezcla añadí un poco de purpurina para dar un toque más navideño. Si las recupero, el año que viene adornarán el árbol.
Detalles aquí.
lunes, 5 de diciembre de 2016
Father & Son Cowl
Madre mía, de mes a mes y publico cuando me rota...
Y eso que, como os dije, tengo cosas acabadas para enseñar (como una bolsa que cosí en septiembre o un chal acabado a principios de octubre, ole oleeee). Y tejo eh, tejo lo que puedo y se me acumula la faena como siempre para estas fechas, aunque ahora más. A ver si con el puente me pongo al día.
Bueno, pues hoy os enseño una cosa sencillita como casi todo lo que hago últimamente. El cumpleaños del costillo fue a mitades del mes pasado y me apeteció tejerle algo sencillo. Para este año se me ocurrió que podría gustarle algo para que el vikingo y él fueran a juego, así que busqué patrones, elegí uno con trenzas muy nórdico, cogí al peque y nos fuimos una tarde a casa de Dolors, la dueña de la tienda Naturalmente Lanas.
Sí, podría haber pedido las lanas online, pero a mi hijo le encanta viajar en tren, el destino era cercano y además siempre es un placer visitar a Dolors, es un encanto de mujer, tan cercana y cariñosa! Y ya sabéis que no es lo mismo ver una lana en una foto que verla (y tocarla!) en directo.
Total, me fui a casa con unas madejas de Stone Washed más contenta que unas pascuas y empecé a tejer, pero a la que llevaba unas vueltas me di cuenta que no me gustaba el resultado, que no me iba a dar tiempo a terminarlo y que ya le tejí un cuello parecido hace años.
Busqué alternativas y encontré otro que me pareció precioso, mucho más sencillo y asequible, pero requería diferentes colores, así que me pegué otra excursión a Naturalmente Lanas a cambiar algunos ovillos. Casi no llego a tiempo, pero después de todas las aventuras, pude regalarle los cuellos el mismo día de su cumple:
Una historia muy larga para una cosa bien sencillita, lo sé, pero me encanta enrollarme, qué le voy a hacer. Cada prenda tiene su recorrido y para mí, publicarlo, es un homenaje.
Espero poder acabar de publicar lo rezagado pronto.
Detalles, aquí
Y eso que, como os dije, tengo cosas acabadas para enseñar (como una bolsa que cosí en septiembre o un chal acabado a principios de octubre, ole oleeee). Y tejo eh, tejo lo que puedo y se me acumula la faena como siempre para estas fechas, aunque ahora más. A ver si con el puente me pongo al día.
Bueno, pues hoy os enseño una cosa sencillita como casi todo lo que hago últimamente. El cumpleaños del costillo fue a mitades del mes pasado y me apeteció tejerle algo sencillo. Para este año se me ocurrió que podría gustarle algo para que el vikingo y él fueran a juego, así que busqué patrones, elegí uno con trenzas muy nórdico, cogí al peque y nos fuimos una tarde a casa de Dolors, la dueña de la tienda Naturalmente Lanas.
Sí, podría haber pedido las lanas online, pero a mi hijo le encanta viajar en tren, el destino era cercano y además siempre es un placer visitar a Dolors, es un encanto de mujer, tan cercana y cariñosa! Y ya sabéis que no es lo mismo ver una lana en una foto que verla (y tocarla!) en directo.
Total, me fui a casa con unas madejas de Stone Washed más contenta que unas pascuas y empecé a tejer, pero a la que llevaba unas vueltas me di cuenta que no me gustaba el resultado, que no me iba a dar tiempo a terminarlo y que ya le tejí un cuello parecido hace años.
Busqué alternativas y encontré otro que me pareció precioso, mucho más sencillo y asequible, pero requería diferentes colores, así que me pegué otra excursión a Naturalmente Lanas a cambiar algunos ovillos. Casi no llego a tiempo, pero después de todas las aventuras, pude regalarle los cuellos el mismo día de su cumple:
exactamente iguales no, pero casi |
Una historia muy larga para una cosa bien sencillita, lo sé, pero me encanta enrollarme, qué le voy a hacer. Cada prenda tiene su recorrido y para mí, publicarlo, es un homenaje.
Espero poder acabar de publicar lo rezagado pronto.
Detalles, aquí
lunes, 31 de octubre de 2016
Dormilón
Aix, pero qué mala es la envidia... Bueno, no, no es envidia exactamente. Es, como diría sonieta: "culo veo, culo quiero". Y precisamente es culpa de ella que yo haya estado como loca ganchilleando este simpático Dormilón.
Ella ha hecho muchos, yo que sé, por lo menos... ¿veinte? Y cada vez que los publicaba en su blog, más ganas tenía yo de hacer uno. Total, que tras su última publicación no pude aguantarlo más y me fui corriendo a comprar un par de ovillos de Natura Just Cotton para darme el capricho (que no fueron suficientes, como es evidente en la foto, aunque debo recalcar que doblé el hilo).
La ocasión lo merecía, y como excusa os diré que no ha sido un impulso tejeril y nada más, sino que "necesitaba uno". Llevamos ya unas cuantas semanas en la escuelita infantil y todo ha ido sorprendentemente bien. De hecho, lo ha llevado él mejor que yo, aunque era previsible. Mis suegros lo recogen al mediodía cada día y se lo quedan hasta que yo llego, pero ahora que ya podemos decir con seguridad que se queda feliz en el cole, vamos a probar a dejarlo a comer un par de días a la semana, para liberar a los yayos un poco.
Y como no sólo se queda a comer, sino que se echa la siesta también, su padre y yo pensamos en darle un muñeco para que se acostumbre a dormir con él, porque a casi 15 meses, mi vikingo sólo se duerme a la teta con mami, o como mucho en el coche o en el portabebés. Y aquí entra en escena Dormilón, que va a acompañar a nuestro bebé unos cuantos días en todos sus sueños antes de quedarse a solas con él en la escuela. Si no puede tomar la teta antes de la siesta, por lo menos podrá abrazarse a un muñeco hecho por mamá con todo su amor. Casi casi regado con mis lágrimas, jajaja.
En fin, dejaremos para otro momento las dudas existenciales de si estamos haciendo lo correcto o no, de momento me quedo con la idea de que me ha quedado un Dormilón bastante apañado (odio hacer muñecos, se me dan fatal) y que a mi hijo le encanta.
Detalles, aquí.
Ella ha hecho muchos, yo que sé, por lo menos... ¿veinte? Y cada vez que los publicaba en su blog, más ganas tenía yo de hacer uno. Total, que tras su última publicación no pude aguantarlo más y me fui corriendo a comprar un par de ovillos de Natura Just Cotton para darme el capricho (que no fueron suficientes, como es evidente en la foto, aunque debo recalcar que doblé el hilo).
La ocasión lo merecía, y como excusa os diré que no ha sido un impulso tejeril y nada más, sino que "necesitaba uno". Llevamos ya unas cuantas semanas en la escuelita infantil y todo ha ido sorprendentemente bien. De hecho, lo ha llevado él mejor que yo, aunque era previsible. Mis suegros lo recogen al mediodía cada día y se lo quedan hasta que yo llego, pero ahora que ya podemos decir con seguridad que se queda feliz en el cole, vamos a probar a dejarlo a comer un par de días a la semana, para liberar a los yayos un poco.
Y como no sólo se queda a comer, sino que se echa la siesta también, su padre y yo pensamos en darle un muñeco para que se acostumbre a dormir con él, porque a casi 15 meses, mi vikingo sólo se duerme a la teta con mami, o como mucho en el coche o en el portabebés. Y aquí entra en escena Dormilón, que va a acompañar a nuestro bebé unos cuantos días en todos sus sueños antes de quedarse a solas con él en la escuela. Si no puede tomar la teta antes de la siesta, por lo menos podrá abrazarse a un muñeco hecho por mamá con todo su amor. Casi casi regado con mis lágrimas, jajaja.
En fin, dejaremos para otro momento las dudas existenciales de si estamos haciendo lo correcto o no, de momento me quedo con la idea de que me ha quedado un Dormilón bastante apañado (odio hacer muñecos, se me dan fatal) y que a mi hijo le encanta.
Detalles, aquí.
lunes, 12 de septiembre de 2016
costuritas
Desde el día en que nació, el vikingo y yo hemos estado siempre juntos. Respetando sus tiempos y sus necesidades, nos hemos ido separando de vez en cuando a ratos, pero el mundo era nuestro.
Esto no me ha salido gratis, porque tal y como concibe este país la conciliación familiar, yo debería estar trabajando desde antes de la pasada Navidad. He tenido que renunciar temporalmente a mi empleo y a mi sueldo, pero no me ha importado en absoluto porque dedicarme a mi hijo al 100% ha sido el mejor y más bien pagado trabajo de mi vida. Y si pudiera, lo haría mucho tiempo más. Me da igual que consideren esto como antifeminista y me tachen como tal, porque o he hecho felicísima y convencida y me ha llenado más que cualquier otra tarea del mundo.
Pero por desgracia, ya no podemos prescindir del dinero por mucho tiempo más. A partir de hoy, nuestro camino lento, sosegado y respetuoso toma un giro repentino y tenemos que separarnos demasiadas horas por primera vez. La primera de tantas. Él a su cole y yo al/los mío/s.
Cada persona es diferente y todas las mamás (y los papás!) viven la reincorporación a su manera, no creo que sea fácil para nadie. A mí me gusta mi trabajo, pero no quiero volver aún. Quiero ver crecer a mi hijo un poco más, acompañarlo en este camino otro largo trecho. Quiero que sea él quien me suelte la mano para ver el mundo, no ser yo la que se marcha cuando aún es tan pequeño. Sé que va a estar bien, pero no es lo mismo.
Sin quererlo me ha quedado un post demasiado personal, y eso que sólo venía a mostraros mi última labor. Pero es que, ahora mismo, la tristeza es infinita y cuesta retenerla.
Con este dolor en el pecho he estado ocupando mis últimas "horas libres" haciendo esto para el cole de mi pequeño gran guerrero.
Soy una costurera paupérrima y hace que no bordo desde mi primer sashiko allá por 2008, pero creo que me ha quedado bastante apañado.
Detalles del bordado, se nota a la legua que es casero ;)
Por detrás, en una esquina y en pequeño, también he bordado el nmbre del niño
Las bolsas, forraditas por dentro, son muy resistentes, perfectas para el trote que van a llevar. Aunque tengan muchos fallos, me vengo muy arriba cuando veo que puedo hacer cosas así.
Para la próxima, que no tardará, saldrá mejor.
Esto no me ha salido gratis, porque tal y como concibe este país la conciliación familiar, yo debería estar trabajando desde antes de la pasada Navidad. He tenido que renunciar temporalmente a mi empleo y a mi sueldo, pero no me ha importado en absoluto porque dedicarme a mi hijo al 100% ha sido el mejor y más bien pagado trabajo de mi vida. Y si pudiera, lo haría mucho tiempo más. Me da igual que consideren esto como antifeminista y me tachen como tal, porque o he hecho felicísima y convencida y me ha llenado más que cualquier otra tarea del mundo.
Pero por desgracia, ya no podemos prescindir del dinero por mucho tiempo más. A partir de hoy, nuestro camino lento, sosegado y respetuoso toma un giro repentino y tenemos que separarnos demasiadas horas por primera vez. La primera de tantas. Él a su cole y yo al/los mío/s.
Cada persona es diferente y todas las mamás (y los papás!) viven la reincorporación a su manera, no creo que sea fácil para nadie. A mí me gusta mi trabajo, pero no quiero volver aún. Quiero ver crecer a mi hijo un poco más, acompañarlo en este camino otro largo trecho. Quiero que sea él quien me suelte la mano para ver el mundo, no ser yo la que se marcha cuando aún es tan pequeño. Sé que va a estar bien, pero no es lo mismo.
Sin quererlo me ha quedado un post demasiado personal, y eso que sólo venía a mostraros mi última labor. Pero es que, ahora mismo, la tristeza es infinita y cuesta retenerla.
Con este dolor en el pecho he estado ocupando mis últimas "horas libres" haciendo esto para el cole de mi pequeño gran guerrero.
Soy una costurera paupérrima y hace que no bordo desde mi primer sashiko allá por 2008, pero creo que me ha quedado bastante apañado.
Detalles del bordado, se nota a la legua que es casero ;)
Por detrás, en una esquina y en pequeño, también he bordado el nmbre del niño
Las bolsas, forraditas por dentro, son muy resistentes, perfectas para el trote que van a llevar. Aunque tengan muchos fallos, me vengo muy arriba cuando veo que puedo hacer cosas así.
Para la próxima, que no tardará, saldrá mejor.
viernes, 5 de agosto de 2016
366 días contigo
Hoy se cumple un año desde la primera vez que me lo pusieron en el pecho.
En aquel momento todo cambió, hubo una revolución en mí. Lloraba de felicidad en cualquier momento, me sentía tan afortunada y completa que era incapaz de describir toda esa dicha porque se me hacía un nudo en la garganta.
Por entonces lo atribuí a las hormonas, pero heme aquí un año después y sigo exactamente igual, sintiendo estallar el corazón. Sencillamente, no encuentro las palabras.
Desde lo más sincero y profundo de mis huesos y mis entrañas, nunca había sido tan feliz.
En aquel momento todo cambió, hubo una revolución en mí. Lloraba de felicidad en cualquier momento, me sentía tan afortunada y completa que era incapaz de describir toda esa dicha porque se me hacía un nudo en la garganta.
Por entonces lo atribuí a las hormonas, pero heme aquí un año después y sigo exactamente igual, sintiendo estallar el corazón. Sencillamente, no encuentro las palabras.
Desde lo más sincero y profundo de mis huesos y mis entrañas, nunca había sido tan feliz.
lunes, 1 de agosto de 2016
Ravellenics 2016
Parece mentira que hayan pasado ya cuatro años desde los últimos Juegos Olímpicos. Siento tener tan poco espíritu deportista, nunca me ha gustado ver a nadie hacer ningún tipo de deporte (me aburroooooooo), pero desde que en Ravelry se organizan, paralelamente, las olimpiadas tejeriles, espero con mucho entusiasmo este evento.
Ya lo tengo todo listo y preparado. Como el día de la inauguración estaremos de fiesta (una muyyyy diferente a la que hubo en los pasados juegos) ni siquiera sé si podré participar en el Mass Cast On (montar puntos mientras empieza la ceremonia). ¡Pero ahí que estoy yo con todas mis ganas y todo mi poderío, dándolo todo para obtener mi medalla olímpica!
En 2012 montamos un buen sarao que recuerdo con cariño. Lo pasamos fenomenal viendo la ceremonia de inauguración, montando puntos, tomando crepes y zumos... estuvo muy bien. Y yo pude terminar mi proyecto en el tiempo establecido.
Pero parece ser que este año, que yo me haya enterado, cerca de estos lares nadie ha montado equipo ni nada, ni yo tampoco tengo ganas ni tiempo de organizar cosas. Claro que yo estoy muy desconectada de las redes, y lo mismo hay una bien gorda liada y yo sin saberlo.
El caso es que me daba mucha penita perderme el evento y pensaba participar sí o sí, aunque fuera yo sola desde casa y foreando como buenamente pudiere con las otras tejedoras de habla inglesa sin equipo.
Pero resulta que descubrí que las sevillanas de No8das sí habían montado equipo, así que lloriqueé un poco para que me admitieran y sí, puedo participar con ellas y vivirlo plenamente (nah, es mentira, no hay que lloriquear ni nada, puede unirse quien le dé la real gana).
Tras cavilar un poco y sopesar todas las posibilidades, decidí liarme la manta a la cabeza e intentar terminar un proyecto de principio a fin... un jersey para el vikingo, que no para mí, hubiera sido demasiado ambicioso. Además, el día de comienzo de los juegos es el primer cumpleaños del peque, así que ¿qué mejor manera de homenajearle que empezar un jersey para él?
No tengo nada claro que pueda tenerlo listo en sólo 18 días, pero oye, aprovecharé que mi costillo tiene vacaciones y que vamos todos más sosegados ¡y querer es poder!
Podéis seguir todo el fandango en los foros del grupo de Ravelry de No8das.
lunes, 25 de julio de 2016
Intrincándome la vida
Ya sé que soy muy cansina y últimamente sólo digo lo mismo: no tengo tiempo para tejer, blablabla, sólo puedo hacer cosas fáciles, blablabla, no me acabo la lista de proyectos a medias, blablabla.
Y así podría andarme llorando el día entero.
Pero es que es verdad. Lo que pasa es que después de terminar el segundo de tres pares de calcetines lisos (pendiente de mostrarlo), pues una ya tiene ganas de hacer algo un poco diferente, por mucho que le gusten los calcetines lisos. Y claro, yo estoy limitada, pero el resto del mundo no, y me paseo por los perfiles de Ravelry y los Instargam de la gente y me pongo verde de envidia de las cosas tan bonitas que veo.
¡Pues yo también quiero hacer algo un poco más vistoso!
Total, que tenía la excusa (aunque no me hacía falta), la lana, el patrón y una segunda excusa con más peso.
Resulta que, como madre babosa que soy, me hace ilusión tejerme un jersey (o chaqueta, en este caso), a juego con mi hijo. De hecho hacía tiempo que andaba enamorada de estos dos patrones. Es más, para la versión adulta tengo la lana comprada desde mi viaje a Londres hace 3 verano (ehem). Y además se da el caso de que la versión de bebé sólo tiene una talla, 12-18 meses, así que tenía que ponerme al lío sí o sí. Y decidí empezar por la que le iba a hacer al vikingo.
La chaqueta en cuestión se llama "A Cardigan for Merry", y es la versión pequeña de "A Cardigan for Arwen". Me apetecía mucho tejer trenzas, así que era ideal. Pero una vez empezada, a la chaqueta le veo varios problemas:
- El borde tiende a doblarse. No sé cómo se llama este tipo de acabado, es cuando la parte del puño, digamos, la haces doble. Yo lo uso para los gorros, queda elástico y ajustado. En fin, otra vez toca encomendarse a San Bloqueo.
- La parte de la trenza, al estar los puntos más apretados, se ve visiblemente más corta que la parte lisa. Mira que he hecho cosas con trenzas, pero nunca me había pasado algo así.
- La dichosa trenza es reversible.
Y aquí me detengo. Resulta que la trenza está diseñada de manera que se vea exactamente igual del derecho y del revés. Eso queda muy vistoso y curioso, pero al fin y al cabo sólo se luce cuando giras la prenda. Para lograr ese resultado, es necesario cruzar los puntos que se tejen del revés, lo cual hace el patrón mucho más difícil de memorizar. Finalmente, se me metió entre ceja y ceja, que quedaba raruno y poco definido. Quizás a otras personas les da igual, pero yo no podía dejar de ver que esa trenza parecía rara.
Así es que decidí no complicarme más la vida y continuar haciendo la trenza normal y corriente, es decir, sin que fuera reversible.
Aquí podéis ver en detalle la diferencia:
Y aquí, con el tejido del revés, se ve claramente el momento en que estuve hasta las narices y decidí seguir a mi aire:
Desde que la trenza ya no es reversible, el patrón se ha vuelto muy fácil e intuitivo, ¡y yo que tenía ganas de dejarme un poco las pestañas!
De momento vamos a ver cómo avanza. Voy a tener que ajustar medidas, pues la lana que estoy usando es casi el doble de la recomendada. Veo muy difícil que madre e hijo podamos lucir la misma chaqueta este otoño-invierno pero quién sabe, he terminado proyectos con peores expectativas.
Y así podría andarme llorando el día entero.
Pero es que es verdad. Lo que pasa es que después de terminar el segundo de tres pares de calcetines lisos (pendiente de mostrarlo), pues una ya tiene ganas de hacer algo un poco diferente, por mucho que le gusten los calcetines lisos. Y claro, yo estoy limitada, pero el resto del mundo no, y me paseo por los perfiles de Ravelry y los Instargam de la gente y me pongo verde de envidia de las cosas tan bonitas que veo.
¡Pues yo también quiero hacer algo un poco más vistoso!
Total, que tenía la excusa (aunque no me hacía falta), la lana, el patrón y una segunda excusa con más peso.
Resulta que, como madre babosa que soy, me hace ilusión tejerme un jersey (o chaqueta, en este caso), a juego con mi hijo. De hecho hacía tiempo que andaba enamorada de estos dos patrones. Es más, para la versión adulta tengo la lana comprada desde mi viaje a Londres hace 3 verano (ehem). Y además se da el caso de que la versión de bebé sólo tiene una talla, 12-18 meses, así que tenía que ponerme al lío sí o sí. Y decidí empezar por la que le iba a hacer al vikingo.
La chaqueta en cuestión se llama "A Cardigan for Merry", y es la versión pequeña de "A Cardigan for Arwen". Me apetecía mucho tejer trenzas, así que era ideal. Pero una vez empezada, a la chaqueta le veo varios problemas:
- El borde tiende a doblarse. No sé cómo se llama este tipo de acabado, es cuando la parte del puño, digamos, la haces doble. Yo lo uso para los gorros, queda elástico y ajustado. En fin, otra vez toca encomendarse a San Bloqueo.
- La parte de la trenza, al estar los puntos más apretados, se ve visiblemente más corta que la parte lisa. Mira que he hecho cosas con trenzas, pero nunca me había pasado algo así.
- La dichosa trenza es reversible.
Y aquí me detengo. Resulta que la trenza está diseñada de manera que se vea exactamente igual del derecho y del revés. Eso queda muy vistoso y curioso, pero al fin y al cabo sólo se luce cuando giras la prenda. Para lograr ese resultado, es necesario cruzar los puntos que se tejen del revés, lo cual hace el patrón mucho más difícil de memorizar. Finalmente, se me metió entre ceja y ceja, que quedaba raruno y poco definido. Quizás a otras personas les da igual, pero yo no podía dejar de ver que esa trenza parecía rara.
Así es que decidí no complicarme más la vida y continuar haciendo la trenza normal y corriente, es decir, sin que fuera reversible.
Aquí podéis ver en detalle la diferencia:
Y aquí, con el tejido del revés, se ve claramente el momento en que estuve hasta las narices y decidí seguir a mi aire:
Desde que la trenza ya no es reversible, el patrón se ha vuelto muy fácil e intuitivo, ¡y yo que tenía ganas de dejarme un poco las pestañas!
De momento vamos a ver cómo avanza. Voy a tener que ajustar medidas, pues la lana que estoy usando es casi el doble de la recomendada. Veo muy difícil que madre e hijo podamos lucir la misma chaqueta este otoño-invierno pero quién sabe, he terminado proyectos con peores expectativas.
lunes, 20 de junio de 2016
Steeking Horror
Hace ya algún tiempo decidí que quería tejer una chaqueta de verano para mi vikingo. Tenía que ser abierta (por comodidad), con capucha (porque me gusta) y sin texturas (porque no me gusta para lo que tenía en mente) y así con esas premisas me puse a buscar patrones por Ravelry.
Lo cierto es que, además de todo eso, tenía el run-run de que me apetecía algo con dibujitos. Es de todos bien sabido que si quieres hacer una chaqueta abierta con dibujos y que no quede raruna, hay que tejer en redondo, reforzar y cortar (steeking). Podría haber desechado la idea y buscar una solución sencilla con rayitas y ya está, pero qué queréis que os diga, me va la marcha.
Enseguida topé con este diseño gratuito de una tal Sargantana Formenterenca (me encanta su nick) y no me pude resistir. No tenía capucha y además, según la autora, había tan pocas vueltas del revés con dos colores que podías tejerlo abierto directamente sin necesidad de cortar y no quedaría mal. No obstante, a mí no me gustaba la idea, así que decidí hacerlo en redondo y cortar. Además, ello me suponía buscar una manera de añadir capucha al jersey (ni idea de cómo hacerlo, pero ya se preocuparía de ello la futura albis) y, como si no fueran pocos cambios, decidí que los puños y las solapas también las iba a modificar. Lo dicho, me va la marcha. Y al fin y al cabo qué mejor manera de iniciarse en el steeking que un jersey pequeño, no duele tanto al fin y a cabo.
Me hice con unos ovillos de Drops Cotton Merino que son un placer de tejer y quedan muy bien (aunque más adelante leí que para hacer steeking es mejor usar lana 100% no superwash). Como pensaba añadir la capucha al final, no hice el cuello (tampoco hice un montado provisional, la idea era recoger puntos para la capucha) y dejé 5 puntos en el centro que iban a ser la "steeking area": dos del revés en cada punta del área, y los del centro del derecho.
La cosa marchaba bien, patrón adictivo, fácil con ese puntito de dificultad al llegar al dibujo, lana súper agradable y rápido de tejer al ser en tamaño bebé. Lo que no me gustó tanto fue cómo quedó la parte de abajo en punto de arroz, me dio la sensación de que era como más granden que el resto, además que olvidé aumentar de aguja en la zona del dibujo, y todo ello junto hacía que quedara un poco raro.
Rematé cabos sueltos, y lavé la prenda para prepararla para cortar (y es que no lo he dicho, pero mi idea era cotar antes de poner mangas y capucha porque si hacía una desgracia, no me iba a doler tanto el tiempo perdido).
Así se quedó un buen tiempo mientras yo reunía tiempo y valor para llevar a cabo la operación. Encontré un tutorial que me pareció estupendo, de una diseñadora que hace muchas cosas así y pensé que era ideal. No voy a poner el link porque al final no resultó tan ideal, obvia información que me hizo el proceso más difícil y largo.
Hay varias técnicas para reforzar los puntos antes de cortar, yo opté por el ganchillo y quedó así.
Acto seguido, el temido pero emocionante momento del tijeretazo.
Y de repente, algo no sale bien:
Llamadme loca pero a mí me da la sensación de que ese cabo gris no está para nada asegurado, se va a deshacer en cualquier momento. Lo peor es que no era el único, pasó en algunas zonas más con trozos más largos de lana.
¿Pero cómo ha podido pasar? ¡Si lo he hecho todo al pie de la letra!
Momento pánico, me quiero morir. El niño está a salvo con su padre, ok, puedo dejarme llevar por la histeria.
Espera, espera, todavía no está todo perdido. Hay tutoriales que recomiendan reforzar con la máquina de coser antes de cortar. Yo no lo he hecho pero puedo hacerlo ahora. Total, el desastre ya está servido.
Y reforcé con la máquina. Un poco malamente y torcido, pero creo que he salvado la situación por el momento. Como es una chaqueta que sólo se va a poner unos meses, podrá aguantar un Mcgyverismo de emergencia como el que he hecho.
La idea es volver a pasar la máquina una vez hecha las solapas, para reforzar la zona. Todavía se puede salvar, espero, aunque antes de ello tendré que ponerme a pensar cómo le añadiré la capucha y hacerle las mangas.
Aisssssssssssss y el verano y está aquí.
Moraleja para la siguiente vez: buscar otro tutorial Y PASAR LA MÁQUINA POR LA PRENDA ANTES DE CORTAR, que son 5 minutos y no cuesta "ná".
Lo cierto es que, además de todo eso, tenía el run-run de que me apetecía algo con dibujitos. Es de todos bien sabido que si quieres hacer una chaqueta abierta con dibujos y que no quede raruna, hay que tejer en redondo, reforzar y cortar (steeking). Podría haber desechado la idea y buscar una solución sencilla con rayitas y ya está, pero qué queréis que os diga, me va la marcha.
Enseguida topé con este diseño gratuito de una tal Sargantana Formenterenca (me encanta su nick) y no me pude resistir. No tenía capucha y además, según la autora, había tan pocas vueltas del revés con dos colores que podías tejerlo abierto directamente sin necesidad de cortar y no quedaría mal. No obstante, a mí no me gustaba la idea, así que decidí hacerlo en redondo y cortar. Además, ello me suponía buscar una manera de añadir capucha al jersey (ni idea de cómo hacerlo, pero ya se preocuparía de ello la futura albis) y, como si no fueran pocos cambios, decidí que los puños y las solapas también las iba a modificar. Lo dicho, me va la marcha. Y al fin y al cabo qué mejor manera de iniciarse en el steeking que un jersey pequeño, no duele tanto al fin y a cabo.
Me hice con unos ovillos de Drops Cotton Merino que son un placer de tejer y quedan muy bien (aunque más adelante leí que para hacer steeking es mejor usar lana 100% no superwash). Como pensaba añadir la capucha al final, no hice el cuello (tampoco hice un montado provisional, la idea era recoger puntos para la capucha) y dejé 5 puntos en el centro que iban a ser la "steeking area": dos del revés en cada punta del área, y los del centro del derecho.
La cosa marchaba bien, patrón adictivo, fácil con ese puntito de dificultad al llegar al dibujo, lana súper agradable y rápido de tejer al ser en tamaño bebé. Lo que no me gustó tanto fue cómo quedó la parte de abajo en punto de arroz, me dio la sensación de que era como más granden que el resto, además que olvidé aumentar de aguja en la zona del dibujo, y todo ello junto hacía que quedara un poco raro.
Rematé cabos sueltos, y lavé la prenda para prepararla para cortar (y es que no lo he dicho, pero mi idea era cotar antes de poner mangas y capucha porque si hacía una desgracia, no me iba a doler tanto el tiempo perdido).
Así se quedó un buen tiempo mientras yo reunía tiempo y valor para llevar a cabo la operación. Encontré un tutorial que me pareció estupendo, de una diseñadora que hace muchas cosas así y pensé que era ideal. No voy a poner el link porque al final no resultó tan ideal, obvia información que me hizo el proceso más difícil y largo.
Hay varias técnicas para reforzar los puntos antes de cortar, yo opté por el ganchillo y quedó así.
Acto seguido, el temido pero emocionante momento del tijeretazo.
Y de repente, algo no sale bien:
Llamadme loca pero a mí me da la sensación de que ese cabo gris no está para nada asegurado, se va a deshacer en cualquier momento. Lo peor es que no era el único, pasó en algunas zonas más con trozos más largos de lana.
¿Pero cómo ha podido pasar? ¡Si lo he hecho todo al pie de la letra!
Momento pánico, me quiero morir. El niño está a salvo con su padre, ok, puedo dejarme llevar por la histeria.
Espera, espera, todavía no está todo perdido. Hay tutoriales que recomiendan reforzar con la máquina de coser antes de cortar. Yo no lo he hecho pero puedo hacerlo ahora. Total, el desastre ya está servido.
Y reforcé con la máquina. Un poco malamente y torcido, pero creo que he salvado la situación por el momento. Como es una chaqueta que sólo se va a poner unos meses, podrá aguantar un Mcgyverismo de emergencia como el que he hecho.
La idea es volver a pasar la máquina una vez hecha las solapas, para reforzar la zona. Todavía se puede salvar, espero, aunque antes de ello tendré que ponerme a pensar cómo le añadiré la capucha y hacerle las mangas.
Aisssssssssssss y el verano y está aquí.
Moraleja para la siguiente vez: buscar otro tutorial Y PASAR LA MÁQUINA POR LA PRENDA ANTES DE CORTAR, que son 5 minutos y no cuesta "ná".
lunes, 25 de abril de 2016
Cajita Musical: Little Snowflake
Esta manualidad para bebés nos la enseñó una ex maestra de educación infantil a las mamás que vamos al grupo de crianza del pueblo. A su vez, la musicoterapeuta de la clase de música para familias y bebés nos enseñó su bonito repertorio y nos instó a hacer una para nuestros peques.
Es muy sencillo, son simples cajas de música. Cada una de ellas tiene en la tapa un dibujo que es el motivo de la canción que contiene. Puede ser pintado, pero es mejor si se utilizan varias técnicas (fieltro, telas, pegatinas con relieve o lo que se te ocurra). Yo usé el bordado.
Cuando abres la caja, enganchada a la tapa con un hilo hay un muñequito relacionado con la música que cuelga (también se pueden usar varias técnicas para confeccionarlo) y, a la vez, la mamá o quien sea canta la canción de la caja.
La idea es hacerse con un buen repertorio de manera que el bebé, al final, pida las canciones que quiera escuchar y tiene, a su vez, ese soporte visual y táctil.
Como me explico fatal, os dejo las fotos del pequeño proyecto:
Y esta es la canción que suena mientras la abrimos. Yo la odio, pero al vikingo es oírla (por mi voz o por Youtube) y se le ilumina la cara. Qué le vamos a hacer.
Esta no me ha quedado muy bien pero tengo ideas para más cajas que espero que me salgan mejor...
¡Feliz semana!
Es muy sencillo, son simples cajas de música. Cada una de ellas tiene en la tapa un dibujo que es el motivo de la canción que contiene. Puede ser pintado, pero es mejor si se utilizan varias técnicas (fieltro, telas, pegatinas con relieve o lo que se te ocurra). Yo usé el bordado.
Cuando abres la caja, enganchada a la tapa con un hilo hay un muñequito relacionado con la música que cuelga (también se pueden usar varias técnicas para confeccionarlo) y, a la vez, la mamá o quien sea canta la canción de la caja.
La idea es hacerse con un buen repertorio de manera que el bebé, al final, pida las canciones que quiera escuchar y tiene, a su vez, ese soporte visual y táctil.
Como me explico fatal, os dejo las fotos del pequeño proyecto:
La caja, cerradita, con lo que pretende ser un copo de nieve bordado en la tapa |
Cuando la vamos abriendo esto es lo que aparece... |
¡Hop! |
Y esta es la canción que suena mientras la abrimos. Yo la odio, pero al vikingo es oírla (por mi voz o por Youtube) y se le ilumina la cara. Qué le vamos a hacer.
Esta no me ha quedado muy bien pero tengo ideas para más cajas que espero que me salgan mejor...
¡Feliz semana!
lunes, 18 de abril de 2016
Pepito (editado)
Creo que este es uno de los patrones para bebés más famosos que existe por Ravelry. A mí ya hace tiempo que me tiene encandilada, y por supuesto TENÍA que tener uno para mi polluelo.
Como mi chico también es el padre de la criatura y tal, me dije a mí misma: "venga, albis, que participe un poco en la confección de la prenda", y le di a elegir entre los dos ovillos de Wollmeise Twi que tenía disponibles para tejer el peto. Eligió el amarillo mostaza y ahí se terminó su intervención, jojojo.
Una cosa que tenía clara era que no lo quería liso, tenía que tener algún detalle bonito que le diera color y vitalidad, que lo hiciera más único. Había visto proyectos monísimos con dibujitos en la zona del pecho y, aunque me gustaban y estuve haciendo varios esbozos en una libreta, eso no era lo que quería para mi vikingo.
Y entonces se me ocurrió algo tan secillo como poner un detalle de rayas de colores en una sola de las piernas (ah, cómo amo la asimetría en las prendas de ropa) con restos de lanas Wollmeise que tenía por casa.
Otra cosa que también tuve clara al final pero que tuve que pensar más fue que no iba a ponerle pies. Libres domingos y domingas, como diría Homer Simpson. Me gusta mucho cómo queda con pies, pero debido al tamaño de este enorme bebé que tengo y, especialmente de sus pies, decidí que sería "ponible" durante más tiempo si no le hacía los pies.
Y de todas esas ideas y pensamientos, salió esto:
Estoy bastante contenta con el resultado pero lo veo poco práctico. Aún así, estoy segura de que lo va a a llevar más de una vez esta primavera (la talla es de 6 meses, pero me ha quedado enorme, como siempre).
Aviso a navegantes: con un sólo ovillo de Wollmeise NO ES SUFICIENTE, incluso sin pies y haciendo unas cuantas vueltas en otro color. Yo pasé de comprar otro ovillo por unos cuantos metros, y como resultado tenemos una pierna más larga que la otra... ¡pero mi hijo nunca lo sabrá! ¡muajajaja!
Edito porque por fin he pasado al ordenador las fotos del traje con el recipiente dentro ;)
Detalles, aquí.
Como mi chico también es el padre de la criatura y tal, me dije a mí misma: "venga, albis, que participe un poco en la confección de la prenda", y le di a elegir entre los dos ovillos de Wollmeise Twi que tenía disponibles para tejer el peto. Eligió el amarillo mostaza y ahí se terminó su intervención, jojojo.
Una cosa que tenía clara era que no lo quería liso, tenía que tener algún detalle bonito que le diera color y vitalidad, que lo hiciera más único. Había visto proyectos monísimos con dibujitos en la zona del pecho y, aunque me gustaban y estuve haciendo varios esbozos en una libreta, eso no era lo que quería para mi vikingo.
Y entonces se me ocurrió algo tan secillo como poner un detalle de rayas de colores en una sola de las piernas (ah, cómo amo la asimetría en las prendas de ropa) con restos de lanas Wollmeise que tenía por casa.
Otra cosa que también tuve clara al final pero que tuve que pensar más fue que no iba a ponerle pies. Libres domingos y domingas, como diría Homer Simpson. Me gusta mucho cómo queda con pies, pero debido al tamaño de este enorme bebé que tengo y, especialmente de sus pies, decidí que sería "ponible" durante más tiempo si no le hacía los pies.
Y de todas esas ideas y pensamientos, salió esto:
Estoy bastante contenta con el resultado pero lo veo poco práctico. Aún así, estoy segura de que lo va a a llevar más de una vez esta primavera (la talla es de 6 meses, pero me ha quedado enorme, como siempre).
Aviso a navegantes: con un sólo ovillo de Wollmeise NO ES SUFICIENTE, incluso sin pies y haciendo unas cuantas vueltas en otro color. Yo pasé de comprar otro ovillo por unos cuantos metros, y como resultado tenemos una pierna más larga que la otra... ¡pero mi hijo nunca lo sabrá! ¡muajajaja!
Edito porque por fin he pasado al ordenador las fotos del traje con el recipiente dentro ;)
Detalles, aquí.
lunes, 11 de abril de 2016
Real boys wear purple
Normalmente yo no soy muy de repetir patrones (¡con la de cosas preciosas que salen cada día!) a no ser que me encanten mucho y haya pasado cierto tiempo desde que los hice por última vez.
Este jerseicito lo tejí hace nada menos que 6 años y medio para el hijo de Pushka y me encantó, así que quería uno igual para mi vikingo. Tenía además, en mi poder, unos ovillos de lana perfectos para la ocasión y hacer un poco de destash, aunque para más de uno eran de un color muy poco masculino. En fin.
Pude eliminar dos ovillos de mi armario de lanas, pero os digo desde ya que no le he puesto ni le pondré el jersey. Qué tendrán estos señores de La Droguerie que hacen unas tallas tan rarunas.
El jersey ha quedado corto. Largo de mangas correcto y ancho de torso también correcto, pero corto al fin y al cabo. Y mira que lo veía venir eh, pero seguí adelante igualmente, me encomendé al dios del bloqueo, pero nada. Y podría arreglarlo, me sobró lana suficiente pero... meh.
Total, que no ahí se quedará, en el baúl de los recuerdos. No pasa nada, lo tejí con mucho amor, que es lo que cuenta, no?
Detalles, aquí.
Este jerseicito lo tejí hace nada menos que 6 años y medio para el hijo de Pushka y me encantó, así que quería uno igual para mi vikingo. Tenía además, en mi poder, unos ovillos de lana perfectos para la ocasión y hacer un poco de destash, aunque para más de uno eran de un color muy poco masculino. En fin.
Pude eliminar dos ovillos de mi armario de lanas, pero os digo desde ya que no le he puesto ni le pondré el jersey. Qué tendrán estos señores de La Droguerie que hacen unas tallas tan rarunas.
El jersey ha quedado corto. Largo de mangas correcto y ancho de torso también correcto, pero corto al fin y al cabo. Y mira que lo veía venir eh, pero seguí adelante igualmente, me encomendé al dios del bloqueo, pero nada. Y podría arreglarlo, me sobró lana suficiente pero... meh.
Total, que no ahí se quedará, en el baúl de los recuerdos. No pasa nada, lo tejí con mucho amor, que es lo que cuenta, no?
Detalles, aquí.
domingo, 3 de abril de 2016
(no)Viernes de Swapetines 2016 (IX)
Llevo días dándole vueltas a cómo escribir este post porque lo cierto es que no sé ni por dónde empezar. Así que improviso.
Lo primero es decir que esta entrada se publica en domingo porque hoy es oficialmente el pistoletazo de salida para mostrar los regalos recibidos, por eso es un NoViernes.
Lo segundo es que este año mi sorprendedora ha sido Sonia. Y aquí es cuando yo ya me pierdo, se me llena la boca de palabras, el corazón de emociones y no sé ni lo que escribir.
Sonia ha sido una sorprendedora excepcional, decir que se vuelca en el intercambio es quedarse injustamente muy corto.
Sonia se ha tomado muchas molestias para hacer algo único para mí (y creedme que lo ha logrado).
Sonia se ha puesto en contacto conmigo todos y cada uno de los viernes que ha durado el intercambio (y algunas veces más).
Sonia me ha regalado infinidad de patrones para mí y para mi familia en todos esos mails anónimos.
Sonia, por si todo lo demás fuera poco, ha tenido hermosas y dulces palabras para mí, me ha llenado de halagos, me ha subido el ego hasta el infinito y más allá.
Sonia ha sido la mejor sorprendedora de este intercambio. Lo siento por todas las demás, por suerte casi todas nos esforzamos al máximo para hacer felices a nuestras víctimas. Pero Sonia, oh Sonia, Sonia se lo ha currado tanto. Todo lo que pueda decir por aquí es poco y todas las gracias que le doy se quedan cortas, pero espero que ella sepa de corazón lo feliz que me ha hecho.
En fin, vamos al lío.
Su paquete me llegó el día de mi cumpleaños, y aunque ella había pagado para que me fuera entregado antes, llamó a mi puerta en un día perfecto. Fue mi primer regalo material de ese día. Menuda cara se me quedó cuando vi esa enorme caja de Correos que contenía todos estos paquetitos:
Qué será, será, por el amor de Diooooooooooooooooor.
Aquí, el contenido desvelado:
Un simple vistazo basta para ver el tema del paquete, muy acertado y que demuestra lo que os digo, que me investigó bien.
Y ahora, los detalles.
Unos marcadores preciosos en mi color, por supuesto. Junto a ellos, un par de transfers para que lo ponga en alguna prenda de mi chicuelo. El que salen varios vikingos, es por detrás una postal, cuyo contenido me guardo para mí ;)
Una taza de temática evidente (¡con lo que me gustan a mí las tazas y el té!) y unos juguetitos para Haiku que, si pudiera hablar, le daría las gracias. Lleva meses viendo cómo se llena la casa de juguetes nuevos y ninguno es para él, se lo ha pasado en grande con los que le ha mandado Sonia.
Un ovillo de lana y unas fibras para hilar (a ver cuando lo retomo). Fruto, seguro, de un día que comenté en el foro que el amarillo es un color incomprendido y que a mí me gusta. Pero es que, además, me gusta ése tono de amarillo.
Una bolsa de tela (hecha por ella, claro) que me hizo sentir muy miserable por las dos humildes bolsitas que yo cosí para mi víctima. Es que esta quita el hipo, madre mía, todo hecho a mano: el collar con tiras de cuero, el casco con tachuelas, lo ojos bordados ¡increíble!... Por cierto, es una pobre vikinga que tiene sueño... cómo yo.
Y algo que quita más el hipo aún, ¡mirad qué muñeco! ¡Y LO HIZO ELLA! ¿Se puede tener más talento? Caray, es que es impresionante, casi me caigo de culo cuando lo vi. A mi vikingo le chifla, será que ha encontrado en él algo en común.
Y, por supuesto, los calcetines. Los hermosos, únicos, perfectamente tejidos y 100% "yo" calcetines que me ha tejido. Lo siento muchísimo, pero he sido incapaz de hacer una foto en el que el color le haga justicia. Esperaré a que ella publique las suyas, y os enlazaré a su blog para que los veáis bien. Son espectaculares.
¿Entendéis ahora por qué os digo que ha sido la mejor de este intercambio?
Cientos, miles, millones de GRACIAS, Sonia. Eres una crack!
EDITO: Para enlazaros con las fotos de Sonia, mucho mejores que las mías
Lo primero es decir que esta entrada se publica en domingo porque hoy es oficialmente el pistoletazo de salida para mostrar los regalos recibidos, por eso es un NoViernes.
Lo segundo es que este año mi sorprendedora ha sido Sonia. Y aquí es cuando yo ya me pierdo, se me llena la boca de palabras, el corazón de emociones y no sé ni lo que escribir.
Sonia ha sido una sorprendedora excepcional, decir que se vuelca en el intercambio es quedarse injustamente muy corto.
Sonia se ha tomado muchas molestias para hacer algo único para mí (y creedme que lo ha logrado).
Sonia se ha puesto en contacto conmigo todos y cada uno de los viernes que ha durado el intercambio (y algunas veces más).
Sonia me ha regalado infinidad de patrones para mí y para mi familia en todos esos mails anónimos.
Sonia, por si todo lo demás fuera poco, ha tenido hermosas y dulces palabras para mí, me ha llenado de halagos, me ha subido el ego hasta el infinito y más allá.
Sonia ha sido la mejor sorprendedora de este intercambio. Lo siento por todas las demás, por suerte casi todas nos esforzamos al máximo para hacer felices a nuestras víctimas. Pero Sonia, oh Sonia, Sonia se lo ha currado tanto. Todo lo que pueda decir por aquí es poco y todas las gracias que le doy se quedan cortas, pero espero que ella sepa de corazón lo feliz que me ha hecho.
En fin, vamos al lío.
Su paquete me llegó el día de mi cumpleaños, y aunque ella había pagado para que me fuera entregado antes, llamó a mi puerta en un día perfecto. Fue mi primer regalo material de ese día. Menuda cara se me quedó cuando vi esa enorme caja de Correos que contenía todos estos paquetitos:
Qué será, será, por el amor de Diooooooooooooooooor.
Aquí, el contenido desvelado:
Un simple vistazo basta para ver el tema del paquete, muy acertado y que demuestra lo que os digo, que me investigó bien.
Y ahora, los detalles.
Unos marcadores preciosos en mi color, por supuesto. Junto a ellos, un par de transfers para que lo ponga en alguna prenda de mi chicuelo. El que salen varios vikingos, es por detrás una postal, cuyo contenido me guardo para mí ;)
Una taza de temática evidente (¡con lo que me gustan a mí las tazas y el té!) y unos juguetitos para Haiku que, si pudiera hablar, le daría las gracias. Lleva meses viendo cómo se llena la casa de juguetes nuevos y ninguno es para él, se lo ha pasado en grande con los que le ha mandado Sonia.
Un ovillo de lana y unas fibras para hilar (a ver cuando lo retomo). Fruto, seguro, de un día que comenté en el foro que el amarillo es un color incomprendido y que a mí me gusta. Pero es que, además, me gusta ése tono de amarillo.
Una bolsa de tela (hecha por ella, claro) que me hizo sentir muy miserable por las dos humildes bolsitas que yo cosí para mi víctima. Es que esta quita el hipo, madre mía, todo hecho a mano: el collar con tiras de cuero, el casco con tachuelas, lo ojos bordados ¡increíble!... Por cierto, es una pobre vikinga que tiene sueño... cómo yo.
Y algo que quita más el hipo aún, ¡mirad qué muñeco! ¡Y LO HIZO ELLA! ¿Se puede tener más talento? Caray, es que es impresionante, casi me caigo de culo cuando lo vi. A mi vikingo le chifla, será que ha encontrado en él algo en común.
Y, por supuesto, los calcetines. Los hermosos, únicos, perfectamente tejidos y 100% "yo" calcetines que me ha tejido. Lo siento muchísimo, pero he sido incapaz de hacer una foto en el que el color le haga justicia. Esperaré a que ella publique las suyas, y os enlazaré a su blog para que los veáis bien. Son espectaculares.
¿Entendéis ahora por qué os digo que ha sido la mejor de este intercambio?
Cientos, miles, millones de GRACIAS, Sonia. Eres una crack!
EDITO: Para enlazaros con las fotos de Sonia, mucho mejores que las mías
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