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lunes, 19 de marzo de 2018

Foto de familia

Hacía ya tiempo que no ponía todos mis WIPs juntos en una foto, aunque es algo que me gusta hacer de vez en cuando a modo de revisión. Tampoco es que lo neceite para poner en orden mis proyectos, sé perfectamente las cosas que tengo en marcha y el tiempo que llevan en las agujas. Algunos mucho, mucho tiempo. Hace ya años que quebranté mi norma de "no más de un año entre que empiezo y termino algo". Varias veces.

El otro día viendo el podcast de Miso (uno de los últimos,pero no sé cuál, lo siento), ella comentaba que había decidido ser monógama tejerilmente para dar un buen meneo a sus proyectos. Eso quiere decir que, aunque tenía varias cosas empezadas, no cogía una prenda hasta haber terminado la anterior.

Yo he pensado en hacer lo mismo muchas veces pero nunca he sido capaz. Sin embargo, al escucharla a ella, me empoderé. Uno de mis grandes lastres tejeriles es arrastrar por años varias cosas y hace tiempo que necesito remediarlo. Creo que antes de ocuparme de rebajar mi stash (otro lastre), tengo que ocuparme de acabar cosas.

Lo cierto es que no voy a ser monógama al 100%, porque yo divido mis cosas entre las que tengo que tejer en casa (proyectos grandes o que requieren más concentración) con las que llevo en el bolso (más pequeñas o sencillas).

Con el fin de organizarme, saqué todo e hice foto:



Aunque me he hecho más o menos un orden de prioridad, en la foto están numerados por antigüedad.

1. Tres en uno. Fecha de comienzo: Mayo del 2014. Sólo llevo medio cuerpo, a falta del otro medio y de las mangas, le tengo que echar horas aún. Este es para tejer en casa.

2. Lumen. Fecha de comienzo: Junio del 2014. Voy por el principio del segundo grafico, otro proyecto al que echar horas. También es para casa.

3. Manta de restos. Fecha de comienzo: Agosto del 2014. Una manta de granny squares hecha con restos de lana para calcetines. No tenía fecha para acabarla, pero ya hay unos cuantos y tengo lana para hacer otra buena tanda, así que cuando acabe con todo los uniré. Es el último de mi lista y, por embergadura, lo tejo en casa.

4. Isle of Gayle. Fecha de comienzo: Octubre del 2014. Fueron el reto de octubre de Sock Knitters Anonymous de aquel año... y yo me quedé a media caña del primero. Creo que ni eso. También son para tejer en casa, porque el gráfico me exige demasiada concentración (aunque si le pillo el ritmo, se vienen al bus).

(ahora empiezan otros proyectos menos viejunos)

5. Zick Zack. Fecha de comienzo: Octubre de 2017. Coloreada bufanda que me encanta tanto tejer como admirar, estoy deseando meterle mano. Me queda más de la mitad, eso es evidente. Me la llevaré en el bolso.

6. Char. Fecha de comienzo: Diciembre de 2017. Son unos guantes para mi costi que iban a ser su regalo de reyes. Ya los comencé in extremis y los tuve que dejar de lado por varios imprevistos, así que se los regalé sin terminar, qué cutre soy. Son los primeros de mi lista para tejer en casa.

7. Echoes from Karelia. Fecha de comienzo: Enero de 2018. Otro reto calcetinil que no cumplí a tiempo. Me queda tejer el segundo, íntegro, y los llevo siempre en el bolso cuando los tejo.

8. Skew. Fecha de comienzo: Marzo de 2018 Los que llevo ahora mismo para tejer en el bus y fuera de casa.

A parte de todo esto, tengo un jersey para mi peque que me toca deshacer. Es talla 18 meses y en agosto cumplirá 3 años. Ya toca rendirse con él.

Creo que podré acabar con todo, lo digo en serio, o por lo menos estoy muy motivada. Me había propuesto tenerlo listo para mediados de mayo, pero pienso que no va a ser posible.

Cuando termine con lo que tengo que tejer en el bus (menos cosas y  más pequeñas) me permitiré empezar algo nuevo aunque no haya terminado el resto. Hasta entonces, a darle duro.

lunes, 3 de julio de 2017

Repaso de propósitos anuales

Ahora que ya estamos en el Ecuador de este año (en serio, ya???), es momento de hacer balance y repasar cómo están evolucionando mis propósitos tejeriles para el 2017, de los que ya os hablé en esta entrada.

Aviso previo: al final de este texto voy a ponerme a llorar.

1. ACABAR CON TODOS MIS PROYECTOS A MEDIAS

 Ehm... Digamos que no sólo no he terminado ni uno a estas alturas, sino que estoy acumulando más. Hace unas semanas me puse en serio a acabar uno de ellos... y ahí sigue. Dios.


2. REDUCIR STASH

Venga, va, esta sí. En lo que va de año, han engrosado mi stash la friolera de 25 madejas (19 de ellas para la manta de colores, que conste!!) y se han ido 50. Es decir, que por cada madeja que entra, dos salen. Not bad, pero hay que mejorar.


3. RE-BLOQUEAR

Con este propósito me puse en serio las 2-3 primeras semanas del año, pero cuando vi que casi todo lo que me faltaba eran chales (uffffff) lo fui abandonando lentamente. Es que no me puede dar más pereza.

En cuanto a seguir participando en la comunidad tejeril (que no era ni propósito, porque ya es forma de vivir), eso sí va bastante bien: he participado en un intercambio, he recuperado mucha comunicación con la gente gracias a Instagram (mal que me pese) y estoy participando en un KAL, aunque no lo parezca (lo arrastro desde entro, ya ni entro al foro por vergüenza).

Pues ya veis, la cosa está muy malamente (salvo por lo de reducir stash), no sé si decir que me voy a poner las pilas a partir de ahora porque no me lo creo ni yo.

En fin, a seguir viviendo como se pueda.



Fin de la cita

lunes, 5 de junio de 2017

McDreamy Cardigan

Tengo tantas cosas a decir de este proyecto, que no sé por dónde empezar. Por desgracia, casi todas son malas, ha sido un proyecto de esos que se enquistan, pero como yo soy cabezota he luchado contraél hasta el final. Y no sé si he ganado.

Bueno, lo primero es lo primero. Compré esta lana hace más de dos años, cuando estaba embarazada, para hacerle el jersey a mi vikingo. Me gustaba tal cual se veía el original, del mismo color, y ahora sé que ahí las hormonas me traicionaron, pues no suele ser un tono que use normalmente.

El tiempo pasó, los proyectos se solaparon y nunca le hice el jersey. De hecho, hay tallaje hasta los 3-4 años, pero con miedo a quedarme corta de material, decidí aparcar la lana para cuando llegara otro bebé a quien pudiera tejérselo. El bebé llegó (bueno, le queda muy poco!), nuevamente para otra antigua compañera de trabajo, y me puse manos a la obra.

Una de las pimeras cosas de las que te percatas con este proyecto si lees los comentarios de los cientos de personas que lo han tejido, es que el patrón está mal escrito, que hay cosas raras, cosas muy mejorables, que hay que prestar atención... en fin, malos augurios. Yo, por supuesto, tiré para adelante (problemas a mí!), pero cuando llegué a lo que yo sabía que era el momento crítico, lo aparqué una temporda, como para coger fuerzas. Craso error, estas cosas sólo consiguen que pierdas interés.

Cuando decidí coger el toro por los cuernos, caí en el abismo. Me equivoqué varias veces, tuve que deshacer y salvé como pude algunos errores del patrón. Me pareció tardar la vida entera en acabarlo y, cuando lo hice, me di cuenta de algunos errores como que una manga es más corta o que tenía muchos menos puntos en el canalé del cuello de los que debía (y nunca supe cómo "encontrar" los perdidos). No me gusta cómo queda la solapa, los puntos recogidos del cuello quedan raros (nota para el futuro: no hacer las disminuciones del delantero del cuello) y bueno, mil cosas más.

Pero lo hecho a mano es así, tiene errores, y bastante me había costado acabarlo como para deshecharlo por cosas que, al fin y al cabo, no tenian mucha importancia.

Hasta que llegó el momento de bloquear y aconteció LA TRAGEDIA. Dejé el jersey en el balcón a la sombra y secó muy rápido con los vientos del Pirineo, donde estábamos, pero cuando lo fui a recoger vi algo raro. No era la primera vez que me pasaba y se supone que ya tomo medidas contra ello, pero sucedió: EL JERSEY SE HABÍA DESTEÑIDO POR LA PARTE DE DELANTE.

Hiperventilé, comparé mil veces los cambios de color: era evidente. La zona que había estado cara al sol (o a la sombra, juro que lo dejé a la sombra!!), había perdido color.

Lo volví a la lavar por si acaso habia sido una tormenta de arena que lo había manchado (claro que sí, guapi ¬¬), y cuando vi que realmente era desteñido y no había vuelta atrás, me dije: si Mahoma no va a la montaña... Y lo lavé nuevamente y lo dejé secar al sol por la otra cara, para ver si también perdía color y se volví a ver uniforme.

Locuras de desesperación.

Nunca volvió a quedar del mismo tono, pero se igualó bastante. La verdad, después del segundo lavado se notaba mucho menos, quizás con un tercero se habría solucionado, pero ya estaba hastiada.

Y esto es lo que hay:




Aún con todo, y aunque no lo parezca, el jersey está hecho con mucho cariño porque aprecio mucho a la persona que lo va a recibir. De hecho, si no la apreciara tanto, me habría rendido a la primera de cambio. Espero que, a pesar de los pesares, lo pueda disfrutar.

Detalles, aquí.

(bonus track positivo: rebajé 3 ovillos de stash!!)

lunes, 1 de mayo de 2017

Stash 2017

Feliz como un anís, aunque la foto no varíe en apariencia de los años anteriores, aquí os dejo con la clásica imagen de todo mi alijo lanero expuesto sin tapujos encima de mi cama.



¿Y por qué feliz si muchas de las lanas que se ven están ahí desde el inicio de los tiempos? Bueno, pues para empezar, el año pasado tuve que hacer uso de la cuna en sidecar porque no había manera, y este año he ido mucho más holgada. Todo es empezar.

Cada vez que hago  esta foto, saco todas mis lanas (obvio), limpio el armario donde las guardo y lo aireo, luego las reordeno y, durante el proceso, hago recuento de lo que tengo y lo comparo con el registro que llevo en un excel. Pues oh, sorpresa, resulta que esta vez teníanada menos que 14 madejas MENOS de las que yo creía. Conté varias veces y todo encajaba, y creo que me he colado en algún momento pero oye, que es una alegría, no?

¡A seguir bajando esa montaña!

lunes, 9 de enero de 2017

Anders, jersey de Navidad

Hace unas semanas, en esta entrada, os comentaba el jersey navideño que estaba tejiendo para que el vikingo estrenara en Nochebuena. Os decía, y me mantengo en ello, que me estaba encantando hacerlo, que lo estaba disfrutando y me estaba gustando el resultado. Además, logré terminarlo antes de lo previsto, con lo cual pudo lucirlo el día señalado.

Estaba guapísimo porque le hace juego con sus ojos, mal me está que yo lo diga, y además le quedaba un poco grande, lo cual me hace albergar esperanzas que todavía quizás el año que viene se lo podrá poner, ya que en esta edad no crecen tan deprisa.



Hasta aquí todo bien, pero hay un pero. Siempre hay un pero.

Resulta que cuando lavé la prenda, la lana azul (Madelinetosh Sock en color Cobalt) perdió bastante residuo de tinte y ello hizo que se tiñera la lana en color crudo, quedando ésta en un tono azul muy clarito. Una buena p*tada.

Esto no es la primera vez que me pasa. Hace años, con esta manta también azul y cruda, me pasó. Por aquél entonces supuse que fue porque la lavé con agua caliente y, desde entonces, procuro mucho lavar con agua tibia tirando a fría, para que no me pase más. Pero ha vuelto a pasar, y esta vez ha sido porque la Madelinetosh está teñida a mano, tiene un color muy potente y no estaba bien fijado, cosa que suele pasar. Hace tiempo oí que hay gente que lava las madejas artesanales antes de tejerlas y ahora sé por qué. Yo no lo haría para prendas del mismo color, pero os aseguro que he aprendido la lección y, la próxima vez que trabaje en varios colores con lana teñida a mano, pienso lavar las madejas. Y no una, sino dos o tres veces, ya que la segunda vez que lavé el jersey volvió a suceder lo mismo.



En fin, cosas que pasan. No queda mal pero no es lo que yo quería, el jersey me encantaba y me da bastante rabia, pero de nada me sirve ya amargarme porque no se puede arreglar. De todo se aprende.

Fue misión imposible hacer fotos decentes donde el jersey se viera bien, pero os hacéis una idea.

Cuando le pongo el jersey, lleva los botones delante, pero también podría llevarlos detrás y quedaría igualmente genial.



Ya estoy pensando en la prenda de las próximas navidades, que al paso que voy más me vale empezar en un par de meses.

Detalles aquí.

lunes, 22 de agosto de 2016

Al menos me lo pasé bien tejiendo

Y eso es lo único bueno que puedo decir de uno de mis últimos proyectos terminados.

¿Os acordáis de la chaqueta de la que os hablé aquí?

Estaba destinada al fracaso desde el principio. Yo lo sabía, pero no quise verlo. Quise hacerle algunas modificaciones, la más importante de ellas era incorporarle un steeking en lugar de tejer el dibujo del derecho y del revés, como proponía el patrón.

Ya lo conté en el otro post, hice el steeking antes de tejer mangas y capucha para ahorrarme trabajo por si salía mal. Y salió mal. Todavía no tengo claro por qué, tendremos que volver a hacer steeking en otra ocasión. El caso es que creí haber resuelto el entuerto y seguí adelante, pero cuando ya tenía todo tejido, todos los hilos rematados y sólo me faltaba coserle los botones, me di cuenta de que la parte que corté y creí haber rescatado se estaba deshaciendo lenta pero irremediablemente.

Bien, bien, bien, y mil veces bien.

Porque claro, no podía haberse deshecho antes de que terminara de tejerlo, NO, antes de que tuviera que deshacer mangas y recuperar cada restito de lana gris para que me llegara y no tener que comprar más. NO. Tenía que deshacerse justo al final. Y claro, como está cortado ni siquiera puedo recuperar la lana.

En fin, sin más miramientos y en un ataque de ira, a la basura directo fue y nunca más se supo (por eso no hay foto del desastre final).

Y como último regalo, me llevé un brote brutal de alergia por estar tejiendo con agujas de níquel (soy alérgica y es culpa mía por usar esas agujas, sí, pero normalmente no me dan brotes muy bestias o los controlo rápido).

Y como aún arrastro secuelas del brote, he tenido que aparcar los calcetines que llevo siempre en el bolso hasta que llegue el otoño, ya que estoy usando también agujas de níquel. En su lugar, he empezado el South Bay, que le tenía muchas ganas.



Poniendo el piloto automático en 3, 2, 1...

lunes, 20 de junio de 2016

Steeking Horror

Hace ya algún tiempo decidí que quería tejer una chaqueta de verano para mi vikingo. Tenía que ser abierta (por comodidad), con capucha (porque me gusta) y sin texturas (porque no me gusta para lo que tenía en mente) y así con esas premisas me puse a buscar patrones por Ravelry.

Lo cierto es que, además de todo eso, tenía el run-run de que me apetecía algo con dibujitos. Es de todos bien sabido que si quieres hacer una chaqueta abierta con dibujos y que no quede raruna, hay que tejer en redondo, reforzar y cortar (steeking). Podría haber desechado la idea y buscar una solución sencilla con rayitas y ya está, pero qué queréis que os diga, me va la marcha.

Enseguida topé con este diseño gratuito de una tal Sargantana Formenterenca (me encanta su nick) y no me pude resistir. No tenía capucha y además, según la autora, había tan pocas vueltas del revés con dos colores que podías tejerlo abierto directamente sin necesidad de cortar y no quedaría mal. No obstante, a mí no me gustaba la idea, así que decidí hacerlo en redondo y cortar. Además, ello me suponía buscar una manera de añadir capucha al jersey (ni idea de cómo hacerlo, pero ya se preocuparía de ello la futura albis) y, como si no fueran pocos cambios, decidí que los puños y las solapas también las iba a modificar. Lo dicho, me va la marcha. Y al fin y al cabo qué mejor manera de iniciarse en el steeking que un jersey pequeño, no duele tanto al fin y a cabo.

Me hice con unos ovillos de Drops Cotton Merino que son un placer de tejer y quedan muy bien (aunque más adelante leí que para hacer steeking es mejor usar lana 100% no superwash). Como pensaba añadir la capucha al final, no hice el cuello (tampoco hice un montado provisional, la idea era recoger puntos para la capucha) y dejé 5 puntos en el centro que iban a ser la "steeking area": dos del revés en cada punta del área, y los del centro del derecho.

La cosa marchaba bien, patrón adictivo, fácil con ese puntito de dificultad al llegar al dibujo, lana súper agradable y rápido de tejer al ser en tamaño bebé. Lo que no me gustó tanto fue cómo quedó la parte de abajo en punto de arroz, me dio la sensación de que era como más granden que el resto, además que olvidé aumentar de aguja en la zona del dibujo, y todo ello junto hacía que quedara un poco raro.




Rematé cabos sueltos, y lavé la prenda para prepararla para cortar (y es que no lo he dicho, pero mi idea era cotar antes de poner mangas y capucha porque si hacía una desgracia, no me iba a doler tanto el tiempo perdido).

Así se quedó un buen tiempo mientras yo reunía tiempo y valor para llevar a cabo la operación. Encontré un tutorial que me pareció estupendo, de una diseñadora que hace muchas cosas así y pensé que era ideal. No voy a poner el link porque al final no resultó tan ideal, obvia información que me hizo el proceso más difícil y largo.

Hay varias técnicas para reforzar los puntos antes de cortar, yo opté por el ganchillo y quedó así.



Acto seguido, el temido pero emocionante momento del tijeretazo.



Y de repente, algo no sale bien:



Llamadme loca pero a mí me da la sensación de que ese cabo gris no está para nada asegurado, se va a deshacer en cualquier momento. Lo peor es que no era el único, pasó en algunas zonas más con trozos más largos de lana.

¿Pero cómo ha podido pasar? ¡Si lo he hecho todo al pie de la letra!

Momento pánico, me quiero morir. El niño está a salvo con su padre, ok, puedo dejarme llevar por la histeria.

Espera, espera, todavía no está todo perdido. Hay tutoriales que recomiendan reforzar con la máquina de coser antes de cortar. Yo no lo he hecho pero puedo hacerlo ahora. Total, el desastre ya está servido.

Y reforcé con la máquina. Un poco malamente y torcido, pero creo que he salvado la situación por el momento. Como es una chaqueta que sólo se va a poner unos meses, podrá aguantar un Mcgyverismo de emergencia como el que he hecho.



La idea es volver a pasar la máquina una vez hecha las solapas, para reforzar la zona. Todavía se puede salvar, espero, aunque antes de ello tendré que ponerme a pensar cómo le añadiré la capucha y hacerle las mangas.

Aisssssssssssss y el verano y está aquí.

Moraleja para la siguiente vez: buscar otro tutorial Y PASAR LA MÁQUINA POR LA PRENDA ANTES DE CORTAR, que son 5 minutos y no cuesta "ná".

viernes, 29 de abril de 2016

Stash 2016

Cada año, desde el 2010, me gusta reunir todas las lanas que almaceno y hacer una foto. Y llevo un control de todo lo que entra y sale en un excel desde septiembre de 2011.

Solía ser en enero, ahora es en abril, pero me gusta aprovechar la foto anual para hacer inventario y comprobar que la cuentas de mi excel cuadran con los ovillos que cuento. Vacío el armario, lo aireo, lo limpio por dentro y ordeno las lanas bien ordenadas.

Ésta es la foto de este año:

este año con el comodín de la cuna, para aquellas madejas verdes que no me cabían al final de la cama


Y os diré algo: estoy CANSADA de ver siempre las mismas lanas en las fotos anuales. Se han quedado estancadas en mi vida. Algunas de ellas llevan conmigo la friolera de ¡¡¡8 AÑOS!!!

A lo mejor os preguntáis: mujer, ¿en 8 años no has encontrado ningún proyecto decente para esas lanas? Pues la verdad es que sí, que casi todas ellas tienen un proyecto asignado a la espera de empezar.

Hace ya mucho tiempo que me propuse que en casa no iba a entrar ni un ovillo más que no fuera para tejer calcetines (ya sabéis que no cuenta, lololololooooooo). Actualmente, he modificado la restricción a "y que no sea para tejer algo al vikingo". Punto. Y lo sigo a rajatabla, lo juro. Es más, no me está costando nada.

No sé si lo he dicho alguna vez, pero mi idea y objetivo es tener sólo stash lana para tejer calcetines, es lo único que tiene sentido, cualquier otra cosa entrará a medida que quiera tejerlo. Es muy romántico aquello de "me compro esto y ya se me ocurrirá lo que tejo", pero sólo me ha llevado a acumulación sin sentido.

A rebajar toca, ¡¡como si no existiera un mañana!! El año que viene, muchas de estas ya no estarán ;)

Por cierto, aquí había uno que estaba deseando que dejara el armario abierto y vacío para probar a ver qué tal resultado da como posible guarida.

lunes, 11 de abril de 2016

Real boys wear purple

Normalmente yo no soy muy de repetir patrones (¡con la de cosas preciosas que salen cada día!) a no ser que me encanten mucho y haya pasado cierto tiempo desde que los hice por última vez.

Este jerseicito lo tejí hace nada menos que 6 años y medio para el hijo de Pushka y me encantó, así que quería uno igual para mi vikingo. Tenía además, en mi poder, unos ovillos de lana perfectos para la ocasión y hacer un poco de destash, aunque para más de uno eran de un color muy poco masculino. En fin.

Pude eliminar dos ovillos de mi armario de lanas, pero os digo desde ya que no le he puesto ni le pondré el jersey. Qué tendrán estos señores de La Droguerie que hacen unas tallas tan rarunas.



El jersey ha quedado corto. Largo de mangas correcto y ancho de torso también correcto, pero corto al fin y al cabo. Y mira que lo veía venir eh, pero seguí adelante igualmente, me encomendé al dios del bloqueo, pero nada. Y podría arreglarlo, me sobró lana suficiente pero... meh.

Total, que no ahí se quedará, en el baúl de los recuerdos. No pasa nada, lo tejí con mucho amor, que es lo que cuenta, no?

Detalles, aquí.

domingo, 29 de noviembre de 2015

Pregunta a la audiencia

En septiembre de 2014, cuando todavía creía que podía tejer un par de calcetines cada mes durante 12 meses (siiii claaaaaro... Me río de janeiro...) me apunté al Sockdown organizado por el grupo de ravelers "sock knitters annonymous".

Para el reto de noviembre empecé un par que hacía tiempo que me tenía enamorada, los Socks of a different stripe v.3 y lo mejor de todo era que tenía la lana ideal para hacerlos (sí, estas cosas pasan y no es ninguna leyenda urbana, de vez en cuando tienes la lana perfecta en tu stash para el proyecto que quieres hacer).

Bueno, pues un año después, estando el primer calcetín está aún sin terminar, me da por fijarme y me he dado cuenta de que sin querer invertí los colores. Es decir, lo que tenía que estar tejido con la lana de rayas lo tejí con la lisa y viceversa.

Todavía no estaba embarazada así que la excusa de que las hormonas me tenían agilipollada no cuenta.

Lista, que soy una lista.

Ya decía yo que veía algo raro y que no me gustaba... Un año, amigos, un año hasta que me he dado cuenta.

Así son los auténticos y genuinos:



Así es mi cagada (foto de hace meses):



Estando a punto ya de llegar a la puntera, que lo mío me ha costado, y sabiendo que deshacer no es una opción, la pregunta es la siguiente: ¿hago el otro calcetín como el primero o vuelvo a invertir los colores para que por lo menos uno de ellos me quede como yo quería?

Escribe "desiguales sí" o "desiguales no" en la caja de comentarios. Razonar la respuesta es opcional pero deseable.

¿Y sabéis lo mejor? Que son estrechos para casi cualquier ser humano, así que no sé a qué vienen tantas cavilaciones...

lunes, 31 de agosto de 2015

Cuando el invierno llegue...

Creo que ya he comentado alguna vez por aquí que las mantas que más me gustan son las de granny squares, así que por supuesto mi pequeño vikingo tenía que tener una.

En Ravelry hay docenas de diseños preciosísimos, aunque la mayoría requieren mucho trabajo para combinar colores, cortar y rematar hilos etc, y como yo tengo una laaaaaaaarga lista de cosas que quiero hacerle a mi bebé, opté por algo más sencillo.

Tengo una revista de Katia Bebé de hace como 8 años o así que me gusta mucho y en ella sale una manta de grannys muy sencilla que combina 4 colores, así que elegí 4 tonos que combinaran más o menos con la habitación y me puse a ello.

Al principio me vicié a tejer los cuadraditos, luego me desencanté un poco por la pesadez y porque tuve que pedir más lana, pero unas semanitas después decidí terminar rápido y en unos días la tuve lista.





No me gustaba el método que proponía Katia para unir los grannys porque yo prefería una costura invisible, así que busqué y busqué y al final di con este tutorial que está muy bien explicado, aunque a mí no me quedó del todo invisible.

Bueno, hasta aquí todo más o menos bien. El problema vino al hacer el borde, fue entonces cuando la neurona me traicionó y, en lugar de coger 4 puntos entre granny y granny cogí 6 más uno en el centro, es decir, casi el doble.

¿El resultado? Demasiados puntos, un borde muy ondulado y poco tiempo y paciencia para deshacer y volver a comenzar. Mierda.

En fin, hice lo que pude con el bloqueo, algo arreglé aunque tampoco me quedó bien del todo. Confieso que tampoco me maté mucho, más que nada porque me estaba dejando los riñones y porque, para qué engañarnos, hice la manta con lana superwash porque imagino que la lavaré mucho y prefiero ponerla en la lavadora, ergo no voy a montar el chiringuito del bloqueo perfecto cada vez que eso pase.

En esta foto se aprecia un poco el desastre:



En fin, resignación, no queda otra. Al fin y al cabo, las mantas son para taparse y por lo menos, aunque pequeña para mi gusto, creo que cumplirá su cometido.

Por cierto, me parece que ya lo dije, pero mi idea inicial era llevármela al hospital a modo de amoroso arrullo porque me parece precioso que sea algo tejido a mano lo primero que envuelve al bebé. Pero luego recuperé la razón, menos mal, así que guardaré la manta en el armario para cuando el invierno llegue.

Detalles, aquí


lunes, 27 de abril de 2015

Stash 2015

Habitualmente, cada inicio de año me gusta vaciar el armario de las lanas para limpiarlo por dentro y aprovecho para hacer recuento del alijo, ordenarlo, fotografiarlo y, si tengo valor y poca vergüenza, enseñarlo por aquí.

Este año yo sabía que tenía que mudarme sí o sí (aunque en enero aún no sabíamos dónde), así que decidí que ya haría el recuento aprovechando el traslado.

Bueno, pues esta es la foto de mi stash actualmente:


No decrece ni queriendo, quizás algunos ovillos menos que en 2014, pero no desisto en mi empeño.

Además esta vez quiero enseñaros una foto del armario donde tengo todos estos tesoros guardados:


Las lanas están ordenadas de arriba abajo de más finas a más gruesas. La cesta del penúltimo estante contiene las que he hilado a mano y debajo de todo está la selva indomable de las fibras, de las cuales no llevo control en absoluto.

Nos hemos mudado a una casa vieja y enorme en comparación con el anterior pisito, con todas las ventajas e inconvenientes que ello supone. Una de ellas (ventajas) es que tiene espacio suficiente como para que todos los miembros de esta familia, presentes y futuros, tengan su propia habitación. Es decir, que POR FIN tengo un espacio para mí sola, para mis lanas, mis cuadernos, mi máquina de coser… mi todo. Una habitación de labores solamente mía.


Hacía años que anhelaba algo así y estoy deseando acabar de montarla para enseñarla, no es muy grande, pero lo suficiente para hacerme feliz. Lástima que para cuando la tenga lista el vikingo estará casi al caer y poco tiempo tendré después para disfrutarla… ¡pero sigue siendo mía!

lunes, 5 de enero de 2015

Resultado reto 2014 (crónica de un fracaso anunciado)

Y para hoy, mi particular auto-regalo de Reyes: el hostiazo en la cara del balance de los retos que me propuse para el 2014.

Ha sido un desastre declarado, pero lo cierto es que poco me importa. Me lo he pasado bien tejiendo lo que he tejido y nada más importa, ¿verdad?

En fin, corramos un tupido velo y dejemos que las imágenes hablen por sí solas.





FE DE ERRATAS: El chal Lumen, el negro, no está terminado sino a medias.

martes, 29 de julio de 2014

Mi cesta de proyectos en marcha...

... luce de esta guisa:



Yo creo que ya va siendo hora de terminar alguna cosa.

O de comprar una cesta más grande.

Va a ser la segunda opción, me da a mí:



Algunos me llamaréis malpensada, pero después de pensar que esas marcas eran por haber reventado de plenitud, me lo miré mejor y me suenan sospechosamente a uñas de minino malo rascándose donde no debe.

PD: Desde que fueran hechas estas fotografías hasta su fecha de publicación, he terminado un proyecto viejo y he comenzado... dos! ¡Viva!

viernes, 31 de enero de 2014

Stash 2014

Creo que todavía no os había enseñado cómo he empezado el año en cuanto al alijo de lanas se refiere:



Soy feliz, porque sé que muchas personas que hasta hace un segundo se sentían fatal por tener un par de cajoncitos llenos de ovillos, ahora suspiran aliviadas y piensan: "¡menos mal que hay alguien que está mucho peor que yo!".

De nada.

PD: Y ahí sigue en el aire, como siempre, el eterno e imborrable propósito de: este año tengo que bajar todo el stash y no compraré nada más hasta que me lo haya fundido todo. Sí, claro...

lunes, 25 de noviembre de 2013

El fin de semana que aprendí entrelac

El entrelac es una técnica tejeril que hacía mucho tiempo que quería aprender. Me constaba de que es más fácil de lo que parece, pero sí bastante entretenido, así que por pereza no había encontrado todavía el momento de ponerme a ello. Hasta hace poco.

Tres circunstancias acaecieron en mi vida y me llevaron a tomar la decisión:

- En enero heredé un Kindle 3 y pronto nos hicimos inseparables. El aparatejo venía con una funda muy apañada, pero pedía a gritos una segunda funda mullidita para llevarlo conmigo siempre.

- Un par de compañeras de mi círculo de tejedoras (me encanta esta expresión) iniciaron sus propios proyectos entrelac y me picaron.

- Cayeron en mis manos algunas madejas de coloroes sueltos de Noro Kureyon.

Lo tenía todo: la excusa, las ganas y el material, así que hace unas semanas me levanté un sábado decidida a tejer una funda para mi Kindle en entrelac.

El tutorial que seguí fue éste que, con la excusa de la funda, proporciona unas instrucciones paso a paso y te explica de forma muy clara y sencilla cómo dominar la técnica y no morir en el intento.

Reconozco que a mí se me atragantó un poco al principio, pero en cuanto entendí la lógica del proceso lo encontré muy fácil y tremendamente adictivo. El dommingo por la tarde ya tenía mi funda lista, con la única modificación con respecto a la original de que la mía lleva unos agujeros para los botones en lugar de las tiras de i-cord.

Así luce por delante (los que sois carne de Creativa reconoceréis los botones):



Y asi es por detrás (personalmente me gusta más por este lado):


Pero el horror se cernió sobre mi orgullosa persona sin yo sospecharlo siquiera, y estando aún la funda húmeda, bloqueando y sin estrenar, mi querido Kindle me dijo bye, bye, hasta otro ratito y dejó de funcionar para siempre.


Para entonces yo ya no podía vivir sin él, así que le pedí a mi costillo que adelantara muy mucho mi regalo de reyes y me consiguiera otro Kindle.

El problema es que el modelo que yo tenía ya no se fabrica y el que tengo ahora es significativamente más pequeño. Lógicamente la funda ya no me sirve, pero como todavía tengo Noro y me encanta el efecto, seguramente repetiré proyecto pero con agujas mucho más pequeñas.

En cuanto a la funda que os he enseñado hoy, tenía pensado regalársela a mi madre porque ella sí le puede dar uso, pero sólo se la daré si deja un comentario aquí, que siempre me lee y me dice cositas, pero por mail o teléfono, porque dice que le da vergüenza. Ya lo sabes, mama.

Detalles aquí.

viernes, 13 de septiembre de 2013

Yarn Organizer

El nuevo y revolucionario producto milagroso para guardar tus ovillos que te permitirá tejer mantas de ganchillo con agujas de punto:



Y los granny squares te salen ya cosidos y todo.

Dependienta, ¡póngame cinco!

viernes, 6 de septiembre de 2013

Se nos rompió el amor

de tanto usarlo.

El pasado mes de marzo, para mi cumpleaños, recibí un regalo muy especial y y tan absolutamente (in)necesario como caro, que hacía mucho tiempo que anhelaba. Se trataba, ni más ni menos, que un par de las famosas agujas Signature Needles. Las ultraligeras, personalizables, hermosas y hacedoras de milagros tejeriles.

Las mías eran moradas, con una punta afiladísima y un monograma dedicado a mí. Amor, amor, amor, sólo podían describirse como puro amor.

Confieso que, aunque tentadoras, no las empleé desde el primer momento, sino que esperé a estrenarlas con una ocasión especial. Y esa ocasión llegó de la mano del mini-kal de la chaquetita Lizzie que empezamos en mayo.

La combinación de la lana Madelinetosh Pashmina (con cashmere) con mis Signature me hizo comprender que jamás me había sentido tan a gusto tejiendo. Así de claro lo digo. La velocidad era de vértigo y el tacto extremadamente suave y ligero sólo podían llevarme a pensar que, si existe un cielo, efectivamente tenía que ser aquello.

Si tuviera casa propia la hipotecaría cuatro veces para comprarme el nuevo kit de  intercambiables.

Pero como dice la canción, las cosas tan hermosas duran poco. El otro día cogí yo, tan feliz, mi Lizzie, sin agobiarme apenas por llevar un montón de tiempo y no haber tejido ni la mitad, cuando de repente mis dedos notaron que algo no iba bien (y no me refiero a mis uñas despintadas).

Ups...

se nos quedó en las manos un buen díaaaaaaa

Terminé la vuelta, porque la vuelta siempre se termina, y luego me entró el pánico, la hiperventilación y la ira. ¿Cómo es posible que algo tan rematadamente caro se rompa tan fácilmente y tan rápido? ¡Rayos y centellas!

Sin esperanza alguna porque no tenía ni factura ni nada, realicé la foto que habéis visto y me puse en contacto con los señores de Signature. Para mi sorpresa, una tal Peggy muy amablemente me contestó que lo sentía y que ya me estaban preparando otro envío exactamente igual, que no hacía falta ni que enviara las rotas.

Final feliz. O no. En la aduana me las secuestraron y tuve que pagar un buen rescate. Espero que lo que les pasó a las primeras fuera un defecto de fabricación o algo así, porque las he amado demasiado profundamente como para admitir que no son perfectas.

¿A alguien le ha pasado algo así? Concretamente me refiero a las Signature, porque en cuanto a las KnitPro, yo las he roto mil veces por todos los lugares posibles (y aún así siguen siendo mis agujas de cabecera).


miércoles, 17 de abril de 2013

Y van... ¿cuántas?

¿Ocho? ¿Nueve?

Desde que empecé el pasado 20 de septiembre de 2012 he perdido la cuenta de las veces que he deshecho y vuelto a empezar el maldito lopapeysa de los €#%&"@.

La última vez el pasado domingo, cuando ya tenía todo el cuerpo, todas las mangas y había empezado el dibujo del canesú. Demasiado pequeño, en esta ocasión. En otras ocasiones demasiado grande. Siempre es demasiado algo.

Con la ilusión que me hacía que se lo pusiera la Navidad pasada... y estamos a mediados de abril prácticamente a 0. No sé, realmente no sé qué maldición tengo con este jersey que me da tanta guerra, que no logro acertar con la talla.

Sólo un tejedor o tejedora sabe lo desquiciante que es deshacer y empezar 9 veces un jersey de hombre con dibujos. Como diría Jaime Lannister: "qué cosas hago por amor".

Y para mi mayor regocijo, ése mismo día por la tarde deshice esto:


Y os aseguro que no estaba como en la foto, no, me faltaban sólo las mangas (cortas) y el caladito final. Hacía como 6 meses que no le ponía las manos encima y precisamente ése día me da por probármelo y oh, dioses, mejor no hablar... h-o-r-r-i-b-l-e. ¡Con lo que me gustaba el modelo y el color! Pues hala, al pedo, al pedo los dos jerseys y al pedo mi autoestima de tejedora.

Fue un gran día para montar en cólera, sí señor.




lunes, 11 de marzo de 2013

Pembroke

Cuando otra de mis compañeras de trabajo me dijo que estaba embarazada de un niño lo primero que pensé fue qué le iba a tejer.

Literalmente.

En el mismo instante que ella me anunciaba la noticia mi mente ya volaba a otros mundos a la búsqueda del patrón perfecto, barajando todas las posibilidades y haciendo estricto escrutinio de lo único que sabe almacenar mi memoria (patrones de punto), considerando las siguientes variables:

- Gustos personales y preferencias de la madre
- Relación y afinidad con ella
- Sexo del bebé
- Mes de nacimiento del mismo
- Lanas disponibles en el stash (opcional)

Antes de que terminara la conversación yo ya sabía qué tipo de prenda le iba a tejer al niño, lo cual demuestra que las tejedoras tenemos un increíble superpoder que nos permite pensar en lanas y hacer cualquier otra cosa a la vez, incluido mantener una conversación inteligente sin perder ni un sólo ápice de la información recibida. Y no estoy loca, no soy la primera persona que hace algo así.

Bien, al llegar a casa trasladé mi búsqueda mental al buscador virtual de Ravelry y no tardé ni medio minuto en encontrar exactamente lo que quería hacer.

Podría haber empezado esa misma tarde, pero no quería demostrar lo chiflada que estoy regalando ropa hecha a mano a alguien que sólo está embarazada de 4 meses, así que pospuse el proyecto.

Pospuse y pospuse y un buen día me di cuenta de que mi compañera estaba embarazadísima y monté los puntos. Me lo tomé con calma, no os creáis, pero entonces el viernes de esa semana anunció que se iba a coger la baja para el siguiente martes. Adivináis lo que estuve haciendo ese fin de semana, ¿no? Obviamente, ¡tejer el regalo!

Pero terminé. Deprisa y malamente, a mi pesar, pero terminé:




Hice unas cuantas modificaciones con respecto al patrón original:

- Tejí en circular hasta la separación de cuello y mangas.
- Modifiqué las trenzas laterales para que fueran simétricas.
- Cambié la trenza central por esta otra.
- Improvisé bastante, así en general.

Botones made in Feria Creativa (ya sabéis cuales)


A la madre le gustó mucho el regalo, pero yo no estoy feliz con este proyecto porque hacer las cosas con prisa es una mala idea y algunas cosas no salieron tan bien como podrían haber salido:

1. Creció considerablemente al lavarlo.
2. Me da que los botones están demasiado hacia arriba.
3. La trenza central no luce tan bonita como debería. Mucha gente pasó de la original y, al igual que yo, la cambió, pero por esta otra. Yo quise ser original y cambiarla por algo nuevo y diferente, pero creo que la elección de la mayoría es más acertada en muchos aspectos.
4. La manga que no tiene apertura y cuyo canalé está tejido en circular es significativamente más estrecha y pequeña que la manga que sí tiene apertura y está tejida en plano, a pesar de haber usado el mismo número de aguja y haberlas hecho con unos 20 minutos de diferencia la una de la otra.

Esto último es lo que más rabia me da porque no es la primera vez que me pasa algo parecido. En la siguiente foto se puede apreciar muy claramente. También puede dar la sensación de que la parte de arriba es más ancha que la de abajo, pero eso es porque la percha es muy grande para esa prenda y crea ese efecto, en realidad las proporciones son correctas.


Y como tenía prisa porque la mamá se iba, no me dio tiempo a corregir nada... ¡qué mal! Espero que, una vez puesto, no se note, porque de verdad se ve raro, raro.

En fin, tejiendo este chaleco he aprendido dos cosas para el futuro:

- Es mejor parecer lo que se es (una loca obsesionada con el punto) que tener que hacer las cosas corriendo.
- LA TENSIÓN ES DIFERENTE CUANDO SE TRABAJA EN CIRCULAR DE CUANDO SE TRABAJA EN PLANO. En realidad eso ya lo sabía, pero lo ignoré felizmente. Por la cuenta que me trae, en un futuro ajustaré el número de agujas en consecuencia aunque en el patrón no diga nada.

Detalles aquí.