Nederdel / Falda Olímpica

Esta palabra que suena tan exótica como el nombre de una princesa elfa, Nederdel, en realidad significa "falda" en danés. No lo digo yo, esribid "nederdel" en Google imágenes y ya veréis lo que os sale.

La Nederdel de la que os hablo hoy es una falda de punto que forma parte del libro Femenine Knits (o Feminin Strik, en su lengua original) y ha estado en mi cola de proyectos desde hace eones, como todas esas cosas maravillosas a las que les tengo ganas y que uno de estos años, tejeré por fin. Hasta la fecha no me había atrevido a tejer una porque todo el mundo dice que las faldas de punto son tan incómodas y que se deforman tan rápido que no vale la pena perder el tiempo en tejerse una. Puede que estas personas tengan razón, pero no por ello se me quitaron las ganas de tejer una, la verdad, aunque sólo fuese para probar.

Cuando empezamos a pensar en las Ravellenics de este año enseguida pensé en la Nederdel. Quería que mi reto olímpico fuese algo nuevo, suficientemente difícil como para suponer un reto de 15 días y suficientemente sencillo como para no agobiarme tejiendo. La Nederdel era perfecta.

Los primeros días, con el corazón en la mano os digo, no estaba nada convencida del resultado. Había elegido una combinación de lino y acrílico que me había resultado barato, pero ya sabéis que lo barato sale caro, y pronto empecé a pensar que por culpa de "racanear" la falda me iba a quedar más tiesa que un ajo y los calados, chuchurríos.

Pero no quise deshacer porque al final me importaba más el reto que la falda en si, y la terminé a tiempo, por Tutatis, durante el viaje de vuelta de mis vacaciones, a pocos metros de mi casa, aproximadamente a las 12:20 del mediodía del día que finalizaban las Olimpiadas. Tal y como mandan los cánones.

Ahora miro la falda ya acabada y me gusta bastante. Puede que tenga menos caída y sea menos vistosa que con otro tipo de material, pero para hacer la primera prueba de falda, está bastante bien.

Qué os voy a decir, no me "requeteencanta" pero me gusta bastante y estoy segura de que me la pondré. Quizás no sea como para echar cohetes, pero como tenía unas perspectivas muy bajas con ella, con poco que me guste ya soy mucho más que feliz.

Dicho esto, ahí van mis modificaciones:

- El último chart mide 10 centímetros bien buenos menos de lo normal. Esto es porque yo mido unos cuantos centímetros bien buenos menos de la media estándar. Esos 10 centímetros que faltan me los comí enteros del último chart. Hubiera sido mejor repartirlos entre los 4 charts, pero en realidad no me di cuenta de esta obviedad hasta el final, y evidentemente no iba a deshacer para que hubiera más "armonía".

- La cintura era exageradamente ancha, así que antes de cerrar hice una última vuelta menguando dos puntos del revés todo el rato, de modo que al final me quedaron la mitad de puntos en total. Luego cerré de la manera tradicional y, al probármela, reventé la falda. Literalmente.

- Deshice el entuerto con más facilidad de la que cabría esperar y volví a repetir exactamente el mismo proceso, sólo que esta vez cerré los puntos usando la técnica de Jenny's surprisingly stretchy bind off, y con ello conseguí la elasticidad perfecta. Esto y la cadeneta a modo de cordel que ya recomienda la autora de la falda que hay que poner, ha hecho que la falda se ajuste tal y como debe ajustarse.

- Le añadí una fila de picot en ganchillo al final de todo, para darle más peso al calado y compensar la rigidez.

En fin, puede que no sea la falda que te comprarías en una tienda, pero desde luego yo os digo que es más cómoda y llevable de lo que se puede pensar a priori. Por supuesto es un proyecto que recomiendo a todo el mundo, además es bastante más sencillo de tejer que un jersey o unos calcetines.

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