Echo Flower

El Echo Flower fue el chal elegido el año pasado para hacer nuestro KAL veraniego. El pistoletazo de salida fue para las 24 horas tejiendo y, como es natural, todos empezamos con relativo entusiasmo a pesar de que creo que ninguno se libró de deshacer las primeras vueltas.

Algunos conservaron el entusiasmo y lo terminaron rápido, pero otros como yo nos fuimos desinflando y dejándolo de lado. En mi caso decidí dejarlo reposar definitivamente y seguir con otras cosas cuando lo tenía más o menos así, allá por septiembre:

Algún tiempo después, hace cosa de un mes, me hice un esguince en el tobillo de la manera más tonta de todas las posibles y de repente me acordé de mi querido Echo Flower. Así pues, dediqué mi intermitente convalecencia (que no fue ni tan chachi ni tan productiva tejerilmente hablando como pueda parecer) a terminar con este, uno de mis UFO más antiguos.

¡Terminado!

Lo primero que me sorprende de este chal es que, a pesar de haber tejido la versión grande (yo siempre elijo lo grande porque soy masoca), me resulta bastante pequeño. He visto muchos Echo Flower y la mayoría son claramente más grandes y envolventes que el mío. Cosas que pasan...

Me pregunto si me equivoqué al hacer la elección de la lana y el color. Es una Malabrigo Lace (de la que he usado un ovillo y un tercio de otro aprox), tonalidad Apple-Green/Chaleco-Reflectante. Me encanta esa lana, aunque quizás no es la mejor para hacer que el chal se luzca en todo su potencial. Y en cuanto el color, bueno, es innegable que es vistoso y llamativo, a mí me llamó mucho la atención, no se ven colores así en los ovillos todos los días, pero no es muy "llevable", aunque ésa no es una cualidad que me preocupe demasiado. Sea como sea, creo que este chal pide alpaca.

Sea como sea, al final me gusta bastante. Es trabajoso, pero no tan difícil como aparenta. Acabé hasta las narices de tanto nupp, tanta flor y tanta vuelta interminable, eso sí, pero logré terminarlo antes del próximo KAL veraniego.

Detalles aquí.