Y hablando de regalos...

Parece ser que este año a los Reyes Magos noles han afectado ni las huelgas ni los retrasos del metro y la Renfe, porque a mi casa han llegado con adelanto y muy, muy cargados.

El lunes pasado cuando llegue a mi casa me recibió Haiku como cada día, pero tenía colgada al cuello una nota que decía que había una cosita para mí en cierta habitación de la casa (el baño, para ser exactos, somos así de finos). Abrí la puerta y encima de la tapa del WC había un paquete enooooorme. ¿Y qué contenía? Lanas, por supuesto. Mi pareja no se había podido aguantar las ganas de darme el regalo, y además pensó muy bien que quizás era el mejor momento, pues llevaba yo unos días de bastante bajón.

Pero vayamos a lo que interesa, el contenido de la caja tenía una vista general más o menos así:

Como de cara a Internet quiero conservar un poco mi dignidad, no voy a decir cómo se me quedó el cuerpo cuando vi las maravillas que había en la caja, pero imaginaos cualquier expresión soez y barriobajera. Madelinetosh, Malabrigo, Dream in Color, Blue Sky Alpacas... uff! Cuantísimas maravillas!

Mi parejase tomó su tiempo para cotillear mi cuenta de Ravelry y regalarme las lanas y colores que más me gustan, y no sólo eso: ¡también me compró unos cuantos patrones! Además metió en el paquete un montón de caramelos y gominolas de mis favoritas. ¿Os imagináis cómo me sentí de mimada y querida?

La tienda donde compró todos esos tesoros mandó un montón de cosas también: chapas, bolis, chucherías, un patrón, muestras de lana... Pero lo que me llamó más la atención y me pareció más original fue una especie de boleto (yarn lotto lo llaman) de esos de tipo "rasca y gana". Pues rasqué y gané un ovillo extra!!! Tenía para elegir cualquiera de las calidades de la marca Squoosh, que hasta ahora no conocía, y no tardé mucho en decidirme por la variedad de lana de calcetines con cashmere. Porque aquí, la menda, es una señorita muy pija a la hora de tejer. Y nada, ahora a esperar a que llegue...

Pero eso no es todo, porque esta mañana me ha llamado Marga diciéndome que "me había tocado" y yo alucinando porque ya lo había comprobado y sabía que eso que me había tocado no era El Gordo de Navidad...  ¿qué otra cosa pues? Pues la madeja de seda del sorteo que hizo en su blog! Después de todo lo que dije de ella va a parecer un tongo como una casa, pero en verdad os digo que anteriormente Marga no ha tenido problemas para regalarme una lana de las suyas cuando ha querido sin necesidad de tongos ni sorteos ni nada. Lo de hoy ha sido un capricho del destino.

Gracias Marga, gracias amor de mi vida y gracias a todas las personas que estos días me están haciendo sonreír con sus pequeños detalles. Gracias, gracias y gracias.

PD: Menos mal que al final el mundo no se acabó ayer, porque menuda guarrada que todas esas preciosas lanas que ahora están en mi poder hubieran terminado desperdiciándose en una vorágine de bolas de fuego  y zombies comedores de cerebros.